Una infraestructura en la que se invirtieron 22 millones de euros

La terminal se construyó con una capacidad para acoger un millón de viajeros al año, aunque los datos de los primeros meses de funcionamiento dejan muy lejos la optimización de la infraestructura. No se ha producido ninguna incorporación nueva de rutas: continúan los vuelos diarios de ida y vuelta a Madrid y Barcelona; los viernes y los domingos a Valencia; y los sábados a Tenerife y París. Por encima de estas líneas tan sólo está anunciada una nueva operación que empezará a funcionar en primavera: el vuelo de Air Europa a Tenerife, con el que tan sólo se duplicará un destino, pero no se cerrarán nuevos enlaces.

Los datos de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) reflejan que el aeropuerto leonés está situado en el puesto 34 de los 49 aeródromos totales que hay en territorio nacional; el segundo de la Comunidad, por detrás de Valladolid, aunque por delante de Burgos y Salamanca.

La nueva terminal del aeropuerto fue un empeño personal del presidente del Gobierno. Una apuesta, en la que se invirtieron 22 millones de euros, materializada en un edificio de más de 7.2000 metros cuadrados, en el que hay cuatro mostradores de facturación, dos espacios para la venta de billetes, aseos y una sala de lactancia, cafetería y, en el piso superior, una zona todavía infrautilizada para la dirección y la prestación de servicios propios.

Pese a todas estas prestaciones, el aeropuerto de La Virgen del Camino no consigue despegar. Las únicas novedades que ha tenido desde su inauguración pasan por el fallo de la pintura de los tirantes de entrada, debido a la humedad y las bajas temperaturas, lo que ha obligado a que una decena de operarios raspen estos días la estructura para volver a pintarla.