Un producto que forma parte de la composición del lúpulo
El farneseno y León tienen algo más en común que la fábrica de Antibióticos donde a partir de ahora se producirá a gran escala. Este componente, que se ha convertido en la esperanza verde de la industria química que busca una alternativa al petróleo utilizando materias primas como la caña de azúcar, se encuentra también presente en la composición del lúpulo, del que la provincia es el mayor productor de España.
Además de las resinas almacenadas en las glándulas de lupulina, que son las que, tratadas, dan ese característico sabor amargo a la cerveza, el lúpulo tiene otros constituyentes como los taninos y los aceites esenciales, entre ellos el humuleno, el mirceno... y el farneseno.
Aunque se haya intentado cultivar en otras zonas de España, como Galicia y Cataluña, León reúne las condiciones óptimas para el cultivo del lúpulo. Condiciones climatológicas y de suelo que, unido a los problemas de abastecimiento que sufrió el sector después de la II Guerra Mundial, hicieron posible la creación, en 1945, de la Sociedad Española de Fomento del Lúpulo, que controla desde la zona de Carrizo de la Ribera la producción nacional. Aunque haya cambiado la estructura de la sociedad, al pasar de un monopolio a uno de los lobbys más poderosos de la industria española, la Sociedad logró desde el primer momento unir a las grandes marcas del sector y a los cultivadores. De hecho, toda la cosecha esté vendida antes incluso de ser plantada. Salvo años excepcionales, nadie se ha planteado nunca la exportación.
El lúpulo fue considerado durante décadas el -˜oro verde-™ del campo leonés. Con la entrada en la Comunidad Económica Europea, en los años 80, sufrió una gran crisis que acabó con muchas explotaciones familiares. Hoy, según fuentes del sector, quedan unos 500 socios, la mayoría en la ribera del Órbigo, algo menos en la zona del río Tuerto y un poco en el Torío.
Pese a que algunas marcas intentaron buscar precios más baratos en otros mercados, la Sociedad para el Fomento del Lúpulo apostó en los años 90 por la investigación, que culminó en 1996 con la sustitución de las variedades tradicionales H-3 y h-7 por otras súperamargas (nugget, magnum y columbus). Además, las viejas instalaciones fueron derribadas para levantar un moderno conjunto de naves en los mismos terrenos de Villanueva de Carrizo.
Nada más une a lúpulo y farneseno, pero quién sabe qué pasará en el futuro.