Diario de León

Julia Martínez y Anmei Xu clases de chino, intermediación comercial, traducción «jia asociados»

«León no es ajena al auge de la economía china»

De una relación personal surgió el proyecto profesional de Julia Martínez y Anmei Xu, una abogada y una profesora de chino, que han unido sus capaci

Anmei Xu y Julia Martínez con las fotos de China al fondo.

Anmei Xu y Julia Martínez con las fotos de China al fondo.

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ana gaitero | león
León

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El vínculo de unión de Julia Martínez y Anmei Xu fue Margarita, la hija de la primera, una de las numerosas niñas chinas adoptadas por familias españolas. «Cuando vinimos a vivir de Madrid a León, hace tres años, no me imaginaba que iba a encontrar a alguien que pudiera darle clases de chino a mi hija», explica la abogada.

Pero la curiosidad y el interés porque la niña «aprenda el idioma del país en el que nació y que forma parte de su historia personal» les llevó hasta el primer centro que abrió en León para dar clases de chino y difundir la cultura del país del dragón.

Lo que nació como una amistad se convirtió con el paso del tiempo en un proyecto de empresa. «Vimos la oportunidad de la rápida emergencia económica de China y pensamos que podíamos hacer algo juntas. Al fin y al cabo, León no es ajena que esa pujanza y a la importancia del chino en los próximos años», explican. Anmei pone sus conocimientos en este idioma y Julia su experiencia como abogada y las tareas de gestión del centro.

El objetivo era abrir a la par que empezaba el curso escolar para «no perder mercado». Y pese a las duras negociaciones con el dueño del local, «a quien tuvimos que convencer de que dar clases de chino podía ser una actividad con futuro», y los complicados trámites burocráticos cumplieron con sus planes.

Cuando a Julia Martínez le quedaban apenas unos meses de paro, maduraron la idea y se pusieron manos a la obra con los trámites y el acondicionamiento del local de la calle Juan de Bajadoz, donde se han instalado. «Empezamos en septiembre y abrimos en octubre: fue todo contrarreloj», explican.

Con todo, tuvieron margen para realizar unas pequeñas obras de acondicionamiento, amueblar y decorar el local. Las fotografías de paisajes y ciudades tomadas por su amigo Ricardo Viforcos, otro padre adoptante del Bierzo y también «enamorado de China», ambientan la entrada de la academia y oficina de JIA asociados, su comunidad de bienes. «Aquí todo tiene un trasfondo personal», admiten.

En el tercer curso de andadura cuentan con una matrícula de 40 personas, la mayoría niñas adoptadas. También hay un grupo de familias que piensan en el futuro del chino como idioma por la pujanza económica del país más poblado del mundo. Les llama la atención la escasa demanda de personas adultas con interés por el chino por motivos profesionales.

Pero el balance es positivo: «Los niños siguen aprendiendo y ahora pueden tener una pequeña conversación básica conmigo», señala Anmei Xu, satisfecha del trabajo realizado en este tiempo: «Las familias están contentas y nos comentan que a veces cuando entran en una tienda china sus hijas hablan con los comerciantes. Eso quiere decir que he hecho las cosas bien», añade.

Para Julia Martínez «también es una satisfacción que hayan empezado a venir chinos a nuestra empresa a pedir asesoramiento». El hermetismo de la comunidad china «no es un mito», subraya. Concentrados en tiendas y restaurantes muy pocos chinos que viven en León hablan español. Además, por lo general, «tampoco los hijos de estas familias inmigrantes disfrutan con los niños de aquí de actividades extraescolares», así que considera una «doble satisfacción» que la población china «confíen en nosotras y nos abran sus puertas, pensamos que puede favorecer la integración», subrayan.

Movidas por esta inquietud también han creado la Asociación para la Integración de la Cultura China, que se presentó en noviembre como un proyecto de acercamiento entre las culturas española y la leonesa y la china.

También han recibido consultas para posibles adopciones pero «el panorama de las adopciones en China ahora está muy difícil y no les hemos aconsejado porque en una adopción hay mucho sentimiento y no podemos encaminar a alguien a un proyecto que puede suponer años de espera y sin ninguna certidumbre», explica Julia Martínez. Ella misma tiene un segundo expediente de adopción «con pocas esperanzas», añade.

La intermediación para empresas con interés en introducirse en China empieza a despuntar. «Se trata de poner en contacto a gente que ofrece algo con otras personas a las que le puede interesar» y el mercado chino está emergiendo rápidamente y demanda cada vez más productos occidentales.

Ambas son ahora emprendedoras, Qi Yè Ji¢ en chino. Como otras personas que han optado por poner su negocio en León se dirigieron al Ilfefe motivadas por la ayuda económica -«la agradecemos mucho, aunque es muy pequeña»- y valoran positivamente la ayuda prestada en el plan de empresa. Julia Martínez recibió también la ayuda del Ecyl por autoempleo -7.000 euros- pero no tuvo oportunidad de capitalizar el mes de prestación por desempleo que tenía pendiente porque la norma establece un mínimo de tres meses.

La tramitación de las ayudas es mejorable según su punto de vista: «No te puedes plantear arrancar una empresa con las ayudas porque se pagan cuando ya has empezado: la del Ildefe nos llegó antes, en marzo del 2010, y la del Ecyl en agosto. Hay que ir a los bancos para anticipar la inversión». Julia Martínez también es crítica con las trabas que ha visto en el Ayuntamiento de León: «Nos denunciaron por el rótulo, aunque al final nos pudimos ahorrar una parte de la multa». Sugiere que se intenten apoyar más los proyectos emprendedores en los trámites administrativos

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