León, granero bioenergético europeo
Operadoras francesas contratan suelo para obtener 1,5 millones de kilogramos de oleaginosas para la producción de combustibles biodiésel en plantas extranjeras
Imagen de un campo de colza en la provincia leonesa, en la ribera del Esla.
Los cultivadores leoneses de oleaginosas han recibido una inyección de moral en forma de contratos de venta. Varias operadoras francesas se han aprovisionado de 1,5 millones de kilos de colza y girasol principalmente para la producción de biodiésel.
La escasez de este tipo de plantas en los mercados internacionales ha disparado la producción y las operadoras se lanzan a la contratación de cuanta superficie esté disponible para su cultivo. Las características de la provincia leonesa la convierten en un suministrador importante de materia prima para biocombustible. En la vega de Esla cada vez más terrenos exhiben el amarillo característico de los campos de colza, tan extendidos por Europa central, especialmente por Alemania.
El crecimiento de la demanda de oleaginosas también ha elevado los precios que los agricultores reciben por ellas. Tanto el kilogramo de colza como el de girasol se pagan a entre 0,4 y 0,5 euros, por lo que esta primera gran compra de la industria francesa ascenderá a cerca de 675.000 euros. Una inyección de dinero para posicionar la agricultura leonesa en el creciente mercado europeo de oleaginosas.
No obstante, sólo tres comunidades autónomas -”Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha-” copan el 90% de la superficie destinada a la producción de colza en España. La implantación de los cultivos de colza y de girasol no se han desarrollado de forma significativa en España, pero según las previsiones de escasez mundial realizadas por la OCDE, la extensión de estos cultivos podría variar y crecer significativamente.
A pesar de que la llegada de capital extranjero en busca de materia prima ha sido bien recibida por los agricultores leoneses, la sensación de expolio de la producción autóctona está en la mente de los productores. León aporta materia prima para industrias extranjeras que se llevan el beneficio extra de la transformación.
Sin industria transformadora. La inexistencia de estructuras para el tratamiento de las oleaginosas evita que la economía leonesa se beneficie de un sector creciente, que pude dotar a la industria de una alternativa a los combustibles fósiles. La falta de financiación ha paralizado varios proyectos de instalación de plantas transformadoras en León.
Varias multinacionales han estudiado llevar a cabo proyectos de refinado de biodiésel en suelo leonés sin que finalmente se hayan materializado.
La coyuntura económica mundial y la falta de apoyo institucional en algunos casos han evitado que León entre en el segundo nivel del proceso de producción y se limite a la producción de materia prima.