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Pioneros en salud animal

El Hospital Clínico Veterinario registró 1.055 nuevos pacientes en el 2010 y realizó 267 intervenciones quirúrgicas a caballos y pequeños animales. Una actividad que generó 375.000 euros en ingresos

Una intervención quirúrgica en el hospital veterinario de Castilla y León.

Publicado por
nuria gonzález | redacción
León

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Comenzó su andadura, no sin dificultades, hace dos años. En marzo del 2009 se abrían las puertas del Hospital Clínico Veterinario (HCV) de Castilla y León, tras una inversión de 6,5 millones de euros, que aspiraba a convertirse en un referente en sanidad y clínica animal, no sólo a nivel nacional sino también internacional. Mucho trabajo de puertas para adentro dan como resultado los primero frutos y es que este centro se ha ganado ya el prestigio fuera de nuestras fronteras.

Son 6.000 metros cuadrados dotados de tecnología punta desde el punto de vista clínico y también quirúrgico para pequeños animales y, especialmente, para caballos. Dispone además de una resonancia magnética de la que pocos hospitales para animales pueden presumir. El director del HCV, Norberto González, destaca el trabajo «de vocación» que realizan tanto los profesionales que forman parte de su plantilla como los internos y los estudiantes que, voluntariamente, se ofrecen para aprender y colaborar. «Es un mérito de todos los que, de una manera o de otra, quieren ser partícipes del progreso de este hospital», dice Norberto González que recalca que «aquí se trabajan muchas horas por amor a la profesión y sin cobrar». Pone como ejemplo las intervenciones quirúrgicas que se realizan en la madrugada cuando los caballos sufren cólicos.

Clave para Veterinaria. En este hospital, situado en el Campus de Vegazana, trabajan cuatro veterinarios. Uno de ellos, David Argüelles (jefe del servicio de Cirugía Equina), es diplomado europeo (máximo grado en esta profesión), de los que sólo hay cinco en España. Argüelles ha ejercicio como cirujano equino en hospitales de Europa y Canadá. Junto con los diez licenciados que realizan aquí su internado de dos años (similar al MIR en Medicina) y el periodo de prácticas del último año de carrera de los futuros veterinarios son los que hacen posible la actividad diaria de un hospital que se concibe como pilar básico de la docencia clínica, tanto de grado como de posgrado. De hecho, su director recalca que contar con un hospital clínico veterinario, que atienda un número de casos determinado por la UE, es fundamental para que la Facultad de Veterinaria tenga reconocimiento y homologación a nivel europeo. «La Facultad leonesa era la única de España que no tenía estas instalaciones, imprescindibles para lograr el reconocimiento europeo», dice González. Además de servir de apoyo a la docencia, el HCV presta sus servicios al público, tanto de consulta como de hospitalización e intervenciones quirúrgicas pero siempre «sin entrar en competencia directa con las clínica veterinarias», aclara Norberto González, que señala que la mayoría de los casos atendidos son «remitidos», es decir, enviados por veterinarios y que por el tipo de patología o los medios necesarios no pueden atender a los animales. La mayoría de estos casos son caballos. Otras ocasiones son casos especiales y que sirven de estudio para avanzar en investigaciones. «En esos casos pedimos permiso al dueño del animal para que nuestros estudiantes aprendan», recalca al tiempo que añade que también se distinguen del resto de clínicas porque ni vacunan ni venden medicamentos. El HCV está especializado en cirugía de columna, traumatología, hernia de disco y resonancia magnética.

La actividad. Durante el 2010, el hospital veterinario atendió a 773 nuevos pacientes que generaron 2.200 actos clínicos y 175 intervenciones quirúrgicas. De ellos 156 necesitaron hospitalización. En cuanto a los caballos, se atendieron a 272 que dieron lugar a 9.400 actos clínicos. Esta cifra se explica porque los caballos que entran en estas instalaciones se hospitalizan todos y tres veces al día se les hace una exploración completa. A 92 de ellos se les sometió a cirugía y los días de hospitalización sumaron 1.263.

Por sus instalaciones han pasado todo tipo de animales y algunos de los más especiales fue un orix, al que se sometió a una operación de fémur que duró ocho horas, serpientes o una gallina que consiguió recuperarse de su patología, igual que conejos, una mascota de moda, o cobayas. Los profesionales del centro también han curado fracturas de alas, patas o dedos en aves rapaces. González explica que la atención clínica es uno de las principales fuentes de ingresos que tiene el hospital y que aspira a «autofinanciarse», aunque esta tarea es muy complicada. Así, el coste de mantenimiento anual de estas instalaciones ronda el medio millón de euros mientras que los ingresos son un poco más bajos. Así, los ingresos por la actividad clínica alcanzan los 375.000 euros más otros 30.000 euros de ganancia por los cursos que realizan a lo largo del año. El resto del dinero llega gracias al apoyo constante de la Consejería de Educación que subvenciona con una cantidad anual el funcionamiento del hospital. «Está claro que la ayuda de la Junta es fundamental para mantenernos y espero que poco a poco podamos incrementar los ingresos para llegar a cubrir la totalidad de los gastos», indica Norberto González. Este centro está abierto las 24 horas del día y cuenta con un servicio de urgencias, condición imprescindible para lograr la homologación europea de una de las carreras que más prestigio ha tenido siempre en la Universidad de León. De estos dos años de andadura, Norberto González hace un balance positivo porque «aunque hemos tenido que luchar contra todo».