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Entrevista | ANTONIO MARTÍN BEAUMONT | AUTOR DE «COSPEDAL. LA REINA DE LA TORRE DE MARFIL»

«Cospedal es el punto que le roba voto al PSOE, ese voto que se llevó Zapatero»

Habla con profundo respeto, casi con veneración de la figura de la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, a la que considera

El autor del libro, Antonio Martín Beaumont, en su despacho de Madrid.

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f. ramos | león
León

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Ensalza la labor de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, pero no se atreve a afirmar si debería ser ella la cabeza de lista del PP en las generales en lugar de Mariano Rajoy, «porque eso lo decide el PP y yo no estoy en el PP», asegura Antonio Martín Beaumont, quien hoy presentará, a partir de las 19.30 horas, en el Club de Prensa de DIARIO DE LEÓN, la biografía «Cospedal. La reina de la torre de marfil».

­-¿Por qué un libro de Cospedal y por qué ahora?

-Me parecía que la figura de Cospedal era lo suficientemente atractiva para hacer un libro sobre ella. Hay que tener en cuenta que es la secretaria general de la empresa política más grande de España. El Partido Popular tiene 814.000 militantes, sedes por toda España, más de 23.000 concejales, 153 diputados, cientoveintitantos senadores, miles de familias viviendo a su alrededor. Sólo por eso merece una biografía. Además, tiene una biografía muy atractiva que pensaba que era interesante que la conociera el gran público.

-Es la segunda de a bordo en el PP, pero usted la encumbra casi como la número 1. ¿Tantos atributos en ella no vienen a poner en evidencia las carencia de Mariano Rajoy?

-Pienso que no. Mariano Rajoy lo que vio, después del congreso de junio del 2008, es que necesitaba renovar y moderar el partido. Además, Rajoy tiene un sistema de organización política en la que el día a día del partido lo deja en manos de María Dolores de Cospedal, mientras él se dedica fundamentalmente a la función política de jefe de la oposición y a tratar de ganar las elecciones generales.

-¿Es tan frágil la torre de marfil del PP que necesita una reina que la sustente o Cospedal es sólo la punta que da lustre a esa torre?

-Cuando Alianza Popular en 1982 da el gran salto, que pasa de once diputados a 111 después de la voladura de UCD, Felipe González se da cuenta que mientras Manuel Fraga siga al frente del partido nunca va a gozar del favor de los españoles. Así monta una estrategia para que Manuel Fraga tenga mucho poder en todo el que vive en esa torre de marfil de la calle Génova. Tenga mucho poder, excepto gozar del favor de los ciudadanos en las urnas. Eso continúa hasta José María Aznar. Él se da cuenta de esa situación y, tras unas primeras elecciones en las que prácticamente repite los resultados de Fraga, cambia su estrategia. Hace una oposición más centrada sobre los problemas reales que tienen los ciudadanos y rápidamente consigue un gran resultado en 1993 y después vence a Felipe González en el 96.

-Eran otros tiempos, nada que ver con los de ahora.

-Sí, porque con la derrota del PP en el 2004 con Zapatero, éste repite la estrategia de Felipe González. Es decir, arrincona a Rajoy muy a la derecha de tal manera que en la torre de marfil de Génova se consigue cualquier favor, menos el favor de las urnas. En el 2008, el resultado de las elecciones es ese precisamente. Rajoy se da cuenta que muchas personas han votado a Zapatero con tal de que no gane la derecha. Así llegan al congreso de junio del 2008 con la idea de que nunca jamás un español vote al PSOE para que no gane el PP. Cospedal es la reina que trata de romper esa torre de marfil en la que el PP se había convertido, en el ministerio de la real oposición que quería el PSOE.

-Vamos, que Cospedal es el contrapunto a Zapatero y el efecto para -˜robar-™ votos al PSOE.

-Evidentemente. María Dolores de Cospedal es la cara de la moderación, de la renovación y de la modernidad del marianismo. Cospedal es el punto que le roba votos al PSOE, que en el 2008 se fueron hacia Zapatero.

-¿Entonces no sería más lógico que la candidata del PP fuera María Dolores de Cospedal y no Mariano Rajoy?

-Eso lo decide el PP.

-Ya, pero yo se lo estoy preguntando a usted, como analista político.

-Yo no estoy en el PP. Yo sólo hago la biografía de Cospedal.

­-¿Pero, realmente Cospedal se cree ese discurso moderado, como cuando dice que el PP defenderá a los trabajadores sino lo hacen los sindicatos, o más bien lo ha creado sólo para ganar ese voto a la izquierda y, una vez ganados, sacar a la luz su verdadera derecha?

-Ella se cree ese discurso. De todos modos ese es un discurso muy arraigado dentro del PP. Hay que tener en cuenta que en el Partido Popular hay una sensibilidad de la derecha social de toda la vida, esa derecha social que vino de la mano de Manuel Fraga y cuyo discurso es así. El PP es un partido con 814.000 militantes y en 814.000 militantes, evidentemente, no son todos banqueros. Si analizamos la historia democrática de este país, los banqueros han vivido más a gusto con el PSOE, en su época con Felipe González y ahora con Zapatero, que con Partido Popular.

-Ana Mato, Cospedal. Sáenz de Santamaría. A ellas habría que añadir Esperanza Aguirre, Luisa Fernando Rudí, Rita Barbera. ¿La fuerza del PP está en las mujeres?

-Sin duda. Lo que poca gente sabe es que si en el 2008 sólo hubieran votado los hombres, Mariano Rajoy habría sido presidente del Gobierno. Cuando yo ví recientemente que se reunían los grandes empresarios de este país y que, en la primera reunión sólo había dos mujeres de treinta y tantas personas, y en la segunda sólo una mujer pensé que este país no podía vivir con esa hemiplejia. Las mujeres llegan a la cúspide por su capacidad y no necesitan cuotas. En política hay todavía machismo y a la mujer le cuesta llegar arriba, pero las que lo logran son muy valiosas, porque son mujeres fundamentalmente muy tenaces e inteligentes. Creo que deberíamos tener más mujeres mandándonos.

-Usted fue procurador de las primeras Cortes de Castilla y León. Desde esa visión más amplia que a veces da la distancia, ¿cómo ve ahora la Comunidad?

-Absolutamente cambiada. Sólo hay que ver las propias comunicaciones, para darse cuenta de cómo han cambiado las cosas. Además, me parece que la presencia del PP al frente de la Comunidad ha sido un revulsivo de modernización y la ha convertido en una Comunidad de las punteras de España.

-Pero sigue sin existir ese sentimiento de Comunidad.

-España se dividió en comunidades autónomas muchas veces de forma artificial. Había comunidades autónomas que se sentían más españoles que personas de su comunidad. No obstante, a mí me parece que el sistema autónomico permite acercar la resolución de los problemas a quienes los padecen, los ciudadanos. En ese sentido, la Comunidad de Castilla y León sí ha sido muy útil. Yo viví esa constitución y, hombre, en ese sentido me siento orgulloso.

-¿Diría que esta Comunidad es una de esas que se creó de un modo artificial?

-En Castilla y León hay un sentimiento fundamentalmente español. Lo castellano y lo leonés siempre ha estado unido a lo español.

-El PP, Cospedal especialmente en Castilla-La Mancha, basa su discurso para ganar en la necesidad de la alternancia, algo que curiosamente no critican en Castilla y León donde llevan 24 años gobernando. ¿Este contrasentido es también una estrategia para robar voto a la izquierda?

-La verdad es que en Castilla-La Mancha, el PSOE lleva muchos más años gobernando que el PP en Castilla y León. En Castilla-La Mancha lleva 28 años gobernando el PSOE.

-Y aquí, 24 el PP.

-Sí. Y es verdad que en política cada uno mira las cosas dependiendo del cristal que tiene en medio. Pero, en Castilla-La Mancha está instalado un régimen con un control férreo, primero de José Bono y ahora de José María Barreda. Esto no sucede en Castilla y Léon. Un ejemplo de ese control férreo: la jefa de la oposición, María Dolores de Cospedal, no ha sido entrevistada nunca en los últimos seis años en la televisión pública.

-¿Es usted partidario de reducir a ocho años los mandatos?

-Yo soy partidario de una limitación de mandatos. La renovación es muy importante en política. No sé si es mucho ocho años o es poco, pero una limitación de mandatos es buena y positiva.