«El periodismo está al borde de la quiebra»

Marco Romero o el reportero Romero -como se le conoce entre los compañeros- siempre será, en la memoria de los mineros, el casco 201. Aquella gesta, en la que acompañó durante 195 kilómetros a 200 trabajadores de unas minas que amenazaban con el cierre, le ha valido ahora el Premio Fabián Estapé. Sin embargo, este periodista de raza sueña con dejar una profesión que vive sus peores horas...

-La marcha minera salió bien. No se cerraron las minas y a ti te han premiado...

-Las minas no se han cerrado sólo de momento. Y tengo la sensación de que, más que un premio al periodista, es un premio al periodismo en estado puro, algo que tan poco interesa a profesionales y editores.

-¿Qué fue lo más duro de aquel reportaje?

-Ver, pueblo a pueblo, la lenta agonía de las cuencas mineras.

-¿Convivir con los mineros cambió tu imagen de ellos?

-Nunca he pensado que los mineros fueran hombres-topo, así que no hubo grandes sorpresas. Hablando en serio, me llamó mucho la atención lo extraordinariamente educados y respetuosos que son en la convivencia.

-¿Hay reportajes que sólo ocurren una vez en la vida?

-Si no el periodismo dejaría de tener gracia, ¿no crees?

-¿Cómo valoras haber recibido el Premio Estapé?

-Estoy muy orgulloso, y lo digo muy de verdad, de haber sido galardonado por los propios compañeros de León. Me siento muy honrado.

-¿Corren malos tiempos para el periodismo?

-Malísimos. Por utilizar el argot de los economistas, diré que el periodismo está al borde de la quiebra. Y los periodistas tenemos mucha culpa. ¿Cómo es posible que haya periodistas con 30 años de experiencia en el paro y las redacciones estén llenas de jóvenes 'bajomileuristas'? No es justo.

-¿Hay reportajes que marcan para siempre?

-Por higiene mental, es aconsejable olvidar.

-El Premio Estapé es para artículos económicos, ¿no crees que en este país la información económica en general sigue siendo aburrida y sólo para iniciados?

-Puede que sí, pero la prensa especializada es cada vez más necesaria. Sobre todo ahora que el ciudadano se ha convertido en periodista gracias a las nuevas tecnologías.

-El Premio Estapé lo fallan periodistas y economistas. Es difícil gustar a profesionales tan diferentes, como ha sido tu caso...

-Pero ambos han coincidido en valorar un trabajo de puro periodismo.

-¿Sueñas con algún reportaje?

-Nunca recuerdo mis sueños.

-¿Cómo se digieren tantos premios?

-Yo estoy encantado, la verdad. Y no te digo mi casero, que este mes va a cobrar a tiempo.

-¿Te marcas objetivos en esta profesión?

-Dejarla.

-Venderías tu alma por....

-Ya la he vendido por amor.

-Te gustaría ser como...

-Como son mi padre y mi madre, muy buena gente.

-No soportas...

-A las señoras y señores que ladran a mi perro cuando lo paseo.

-Ambicionas ser...

-Sin ambiciones.

-Nunca has olvidado...

-No dejo de recordarme cada día que tengo a los mejores amigos.