Chamorro defiende este año al Ayuntamiento en la tradición de las Cabezadas
La Real Colegiata de San Isidoro es testigo esta mañana, a partir de las 12, de un nuevo duelo dialéctico entre el Cabildo y el Ayuntamiento. Las Cabezadas se remontan al año 1158, cuando los leoneses decidieron sacar en procesión los restos de San Isidoro para que lloviera después de una larga sequía.
Llovió pero no quedó claro desde entonces si el Ayuntamiento debe acudir por obligación a agradecer al santo tan magno milagro o si es voluntario. Y eso es lo que se discute en uno de los actos más emblemáticos de la ciudad junto con Las Cantaderas, en otoño.
Todos los años, la Corporación acude a la Basílica para ofrecer un cirio de una arroba y dos hachas de cera. En el claustro, el Cabildo acepta el presente, pero deja patente su carácter obligatorio o de foro. Por esta discrepancia sobre el carácter de la ofrenda, los representantes de ambas instituciones entablan una batalla dialéctica y hacen alarde público de sus cualidades oratorias. Al final, todos los años hay empate y la discusión queda aplazada para el año siguiente.
El acto concluye con tres reverencias de la Corporación al despedirse del Cabildo en la plaza de San Isidoro.
El representante del Ayuntamiento será este año el vicealcalde, Javier Chamorro. La Corporación partirá en forma de ciudad desde el Ayuntamiento media hora antes, a las 11.30, encabezada por el alcalde, Francisco Fernández.