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Rescatan de la basura una edición de Santo Tomás de Aquino de 1581

El tomo,fue rescatado gracias a la labor que se lleva a cabo en el proyecto «Uso Racional de los Residuos Arrojados a los Contenedores Azules»

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Javier de Miguel. León | Efe.

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Ignoran quién lo tiró y si lo hizo por desconocimiento, negligencia o antipatía, pero hace pocos días apareció en una planta de reciclaje de León, entre montañas de papeles y cartones arrojados a la basura, una edición de la «Suma Teológica» de Santo Tomás de Aquino fechada en 1581.

El tomo, que contiene la segunda sección de la segunda parte del célebre texto del siglo XIII, fue rescatado gracias a la labor que se lleva a cabo en el proyecto «Uso Racional de los Residuos Arrojados a los Contenedores Azules» (URRACA), que desde hace dieciséis años trata de dar una segunda oportunidad a los libros, revistas, fotografías, cromos y sellos que la gente abandona en los cubos de basura.

Juan Antonio Régil, profesor de la Universidad de León y miembro fundador de esta iniciativa, ha asegurado a Efe que esta es la obra de más antigüedad y valor que han recuperado, pero ha lamentado que junto a ella se encontraron cerca de cuarenta volúmenes que no «sobrevivieron» al proceso de prensado del camión de reciclaje.

Régil cree probable que entre esos «libros perdidos» estuviera el resto de la edición completa y ha considerado «una pena» que solo se hayan salvado ese, un ejemplar de la «Teología Tomística» del estudioso francés Jéan Baptiste Gonet publicado en 1754 y otro volumen de la «Suma Teológica» editado en 1790.

En su opinión, al tratarse de un original de finales del siglo XVI, este libro alcanzaría en el mercado una cotización de «tres ceros como mínimo», si bien aclara que su intención nunca ha sido hacer negocio, por lo que espera donarlo a alguna biblioteca o institución que le dé «el tratamiento que se merece».

Por ahora es él mismo quien se ocupa de dárselo y ya lo ha limpiado y desinfectado, además de haberse preocupado diariamente de airear sus páginas centenarias.

Desde que el proyecto URRACA comenzó su andadura, han salvado de ser quemadas o «picadas» más de 80 toneladas de publicaciones, aproximadamente 30.000 volúmenes, señala Régil.

Es tal la cantidad de material que se ha recuperado que resulta difícil almacenarlo sin el apoyo de las administraciones -prosigue-, por lo que las obras acaban siendo cedidas en su mayoría a ayuntamientos, asociaciones y otras instituciones.

Régil, que tiene entre sus objetivos la creación de una «biblioteca de la basura», lamenta que el Estado no se ocupe de crear un centro de ese tipo, que permitiría aliviar el «agujero negro cultural» que supone la desaparición diaria de miles de textos en las plantas de reciclaje.

Para el catedrático de Filología Moderna de la Universidad de León y colaborador en el proyecto URRACA, Hermenegildo López, es «una lástima» que desaparezcan algunas grandes bibliotecas familiares y que incluso se haya dado el caso de ayuntamientos que vendieron «a peso» la «identidad cultural» que guardaban en sus archivos.

López recuerda que durante la construcción del pantano de Riaño se encontraron «en el rastro» algunos documentos históricos pertenecientes a los municipios inundados.