Diario de León

la situación de los pueblos | los cambios

Primer objetivo: arreglar el cementerio

Las solicitudes de obras para arreglar y ampliar los camposantos de los pueblos superan ya a otras como colectores y aceras como consecuencia del envejecimiento de la población del medio rural leonés

Las casas han llegado hasta los muros del cementerio de San Andrés del Rabanedo.

Las casas han llegado hasta los muros del cementerio de San Andrés del Rabanedo.

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manuel c. cachafeiro | león
León

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El envejecimiento de la población rural leonesa no sólo está provocando que muchos pequeños pueblos tengan cada vez menos vecinos; también que cada vez sea más necesario arreglar el camino o ampliar el cementerio de la localidad.

La quinta parte de las obras que las juntas vecinales solicitan a la Diputación de León ya se dedica a trabajos en los camposantos cuando lo más importante hace unos años era el colector para eliminar las aguas sucias, el alumbrado o las aceras.

De las casi 40 actuaciones previstas sólo para este año, siete son para ampliar la zona de enterramientos. Son el caso de Campo de Villavidel, Cimanes del Tejar, Santa Olaja de la Varga, Villapadierna, Santa Marina del Rey, Huerga de Garaballes y Vega de Infanzones. Todas ellas recibirán este ejercicio una media de 6.500 euros, cantidad que en muchos casos tendrán que completar con ingresos procedentes de sus cuentas o del municipio al que pertenece el pueblo.

Fuentes del equipo de gobierno de la institución provincial creen que tantas obras en cementerios son consecuencia de la propia dinámica que viven muchos pequeños pueblos de la provincia. «La gente se ha ido en muchos casos, pero sus raíces son las que son, y quieren ser enterrados en su pueblo», comentan.

El Plan de Juntas Vecinales fue aprobado en la institución provincial el pasado mes de marzo y cuenta con un presupuesto de 1.330.600 euros para 214 obras repartidas por toda la provincia.

Las juntas vecinales son parte esencial de los pueblos de León. Son un órgano de gobierno muy cercano a los vecinos, cuyas decisiones se toman en concejos. Y son también en la mayoría de las localidades el gestor y propietario de los camposantos. De ahí que el mismo volumen de peticiones no se refleje en otros planes dependientes de la Diputación como el Fondo de Cooperación Local o el Plan Provincial de Obras, donde el dinero suele emplearse en otro tipo de actuaciones, si bien también hay obras en cementerios aprobadas para este año en localidades como Hospital de Órbigo, para ampliar el cementerio, o para diferentes obras de reparación y mejora en Santiagomillas, Castrotierra de la Valduerna o Gradefes.

De todas formas, son muy pocas en relación al plan de juntas vecinales donde, además de las aprobadas para ampliar la zona de enterramientos, hay más de una treintena para todo tipo de trabajos.

Desde construcción de nichos, como en Zambroncinos del Páramo, a mejoras de caminos y reparaciones. Son el caso de Cuénabres, Cea, Corbillos de los Oteros, San Román de los Oteros, Prado de la Guzpeña, Moscas del Páramo, La Velilla, Espinosa de la Ribera o Puebla de Lillo.

Los cementerios son en ocasiones fuente de conflicto también. Es el caso de Huerga de Frailes, donde ya no tienen sitio para más fallecidos. El caso ha llegado a medios nacionales y está aún pendiente de una solución definitiva.

Las ampliaciones de cementerios suelen realizarse en zonas donde se ha mantenido la población o en localidades cercanas a la capital, como es el caso de Vega de Infanzones o Campo de Villavidel.

En casos como la Robla, el Ayuntamiento optó hace unos años por sacar del pueblo el cementerio y hacer uno nuevo en la carretera de Matallana.

Muchas de las obras de los cementerios también tienen que ver con el acondicionamiento de caminos. En este caso, las duras condiciones meteorológicas del invierno leonés hacen estragos. El número de obras también se ha incrementado, según fuentes de la Diputación, porque muchos ayuntamientos y juntas vecinales habían priorizado el dinero que recibían de la institución hacia otro tipo de obras. «Muchos cementerios no se han reparado en décadas; por eso muchas obras son para reparación de muros y arreglo de vallas. Algunas se han caído y ahora hay que levantarlas de nuevo», añaden las mismas fuentes.

Otros años, el número de obras en cementerios no era tan acusado como éste, si bien la progresión al alza no se ha detenido en los últimos ejercicios presupuestarios, según las mismas fuentes consultadas en Diputación.

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