Una forma limpia de transporte con mucho camino por recorrer
Al coche eléctrico le queda aún mucho camino por recorrer. Tiene pendiente, por ejemplo, un tema vital: el de las homologaciones. Aunque las instalaciones de recarga ya se están haciendo, la normativa no ha establecido aún qué tipo de conexiones van a ser las oficiales y qué sistemas se van a implantar como universales.
Tampoco está claro cuáles van a ser las tarifas y los sistemas de precios de recarga, a pesar de que en pocos meses se pretende que las ventas de coches eléctricos se intensifiquen. En buena lógica, los sistemas de recarga deberían aprovechar las «horas valle» de consumo de energía, fundamentalmente por la noche. Entonces no sólo no se recargaría la demanda diurna, sino que permitiría entrar en el sistema por ejemplo una de las zonas horarias de mayor producción de las eólicas, que ahora se desperdicia en buena parte porque coincide con las de menor consumo. También la generación con carbón tendría un nuevo nicho de negocio en este consumo.
La homologación del conector debe establecer también a quién se factura la recarga, si se identifica la matrícula o se carga al propietario del enchufe. Y no se ha establecido tampoco cómo recargar los coches en garajes comunitarios, por ejemplo.
De momento el borrador del Plan de Energías Renovables 2011-2020 contempla prestar especial atención al vehículo eléctrico a través de una discriminación horaria supervalle, así como introducir la figura del gestor de cargas e impulsar los contadores inteligentes.