El matadero de León amplía un 40% su negocio tras dos años privatizado
La actividad del centro cárnico emplea a un centenar de trabajadores
Dos años después de privatizarse, el matadero de León renace de sus cenizas. El que fuera durante muchos años uno de los servicio municipales más ruinosos está inmerso ahora en un importante proceso de renovación, que tiene como objetivo duplicar su número de puestos de trabajo, entre directos e indirectos, y convertirse, gracias a su ubicación junto a la Ronda Sur, en una plataforma de exportación de carne a través de los puertos de El Musel, en Gijón, y Vigo. El grupo Carracedo, una familia de San Esteban de Vidriales en Zamora, que se dedica al negocio de la carne desde hace generaciones, ha iniciado las obras de mejora de las instalaciones con la construcción de una nueva entrada de canales. Según su gerente, José Luis Carracedo, no hay una previsión de inversiones, ya que depende de lo que dure la crisis, pero su empresa quiere afrontar un importante proceso de renovación para adaptar el matadero a la reglamentación europea. El matadero de León tiene ahora mismo una plantilla de 25 personas, y entre camioneros, limpiadores, instalaciones y otros servicios que dependen de su actividad llega hasta los 80 puestos de trabajo en empleos indirectos. En total, un centenar de puestos de trabajo que, una vez que se renueven las instalaciones, pueden llegar a duplicarse. En la parcela que ocupa ya existe una empresa de logística, a la que en ese horizonte del medio plazo se puede unir otra plataforma de carne del matadero leonés con destino a los puertos de Vigo y Gijón. «La verdad es que cuando lo cogimos estaba muy mal, pero León es un punto muy importante en la distribución de carne y una provincia con un gran potencial cárnico, y por eso tenemos confianza en que, más pronto que tarde, podamos hacer de León un matadero importante», señala el gerente. Desde que la familia Carracedo asumió las instalaciones, la actividad del matadero de León se ha incrementado en un 40%, según su gerente.
La última aportación al negocio pasa por la construcción de un lineal exclusivo para vacuno, que incluye desde cadena automática a tunel de oreo automático con el fin de ganar competitividad.
El proceso de venta del matadero fue especialmente complicado, porque salió hasta en tres ocasiones hasta que, por fin, se vendió. En diciembre del 2006, se pidieron 5,2 millones de euros; en marzo del 2007, se rebajó el precio a 4,6 millones de euros y finalmente en 2009 quedó en 2,6 millones. Incluso se tuvo que modificarse el Plan General de Ordenación Urbana para ampliar el uso de los terrenos con el fin de hacerlo más atractivo.
El Ayuntamiento de León adjudicó el matadero a Embutidos Carracedo Llamas S.L. por un importe de 2,8 millones de euros, incluyendo las dependencias y los terrenos sobre los que se ubica. Gracias a la operación, el Ayuntamiento se ahorró 4 millones de euros que costaba su actividad a las arcas municipales La nueva empresa tiene que mantener la actividad un mínimo de 15 años. Los rabajadores eventuales también pasaron al nuevo propietario mientras que los 30 que eran fijos se repartieron en otros servicios municipales. En los últimos años, el Ayuntamiento de León realizó varias inversiones por valor de más de 3 millones de euros. Sin embargo, siguió generando un importante déficit.
El matadero de León se ubica en unos terrenos cerca de Oteruelo que, con la entrada en servicio de la Ronda Sur y el nuevo acceso al polígono de Trobajo del Camino, se ha convertido en un punto estratégico, lejos de aquella imagen de olvido y dejadez que tuvo durante muchos años, si bien todavía son necesarias varias actuaciones para ponerlo al día. «No tenemos un presupuesto fijo porque queremos ir poco a poco. Hay que hacer muchas cosas y también tenemos que ver cómo evoluciona la situación económica», añade José Luis Carracedo. Los ayuntamientos leoneses se han ido desprendiendo de los mataderos municipales, ya que su actividad de hoy nada tiene que ver con la importancia que tuvieron durante décadas. Entonces eran una forma de garantizar la sanidad pública. Hoy, gracias a las invsiones del sector privado y los creciente controles de las administraciones, se garantiza sin necesidad de que sea una actividad pública.