OCHO HORAS PARA CORREGIR UN AÑO Y CINCO MILLONES DE EUROS
El Ayuntamiento acaba en medio día con el tapón de Fernández Ladreda
Desde ayer ya se puede volver a circular por los cuatro carriles de la calle
Dicho y hecho. En apenas 8 horas, el nuevo equipo de gobierno del Partido Popular escenificó ayer la primera de las 100 medidas llamadas a cambiar la imagen de la ciudad.
La avenida Fernández Ladreda, una de las principales arterias de la capital leonesa, vuelve a tener cuatro carriles abiertos al tráfico de coches. Dos de ellos habían sido eliminados con la remodelación de la calle en junio de 2010. Lo que no cambia es la prohibición de paso de camiones, que tendrán que seguir desviándose por la Ronda Sur.
Operarios contratados por el Ayuntamiento taparon ayer con pintura negra las rayas continuas que separaban los carriles de autobuses y urgencias -uno en cada sentido-, del de uso normal, y arrancaron los pivotes. El último paso fue la apertura del semáforo de la rotonda de Puente Castro, que impedía hasta ahora el tráfico hacia la plaza de toros, lo que obligaba a un rodeo por la calle Murillo. Con el cambio, los conductores en dirección a Michaisa ya no tendrán que realizar ninguna maniobra desde que acceden a Fernández Ladreda.
El nuevo alcalde de León, Emilio Gutiérrez, prometió acabar con la actual ordenación del tráfico durante la campaña electoral, hasta convertir la promesa en eje de su programa.
Un sinsentido. Según Gutiérrez, el semáforo y los carriles restringidos a autobuses, taxis y urgencias no tenían ningún sentido porque no servían para el fin último de las obras, que no fue otro que reducir el paso de coches por la zona. Es más, el cambio llevado a cabo por el anterior equipo de gobierno, en su opinión, sólo había servido para generar división entre los vecinos y un importante perjuicio económico a muchos pequeños comercios de la calle, que se habían quedado sin aparcamientos y zonas de carga y descarga. En este sentido, además de abrir los cuatro carriles, el Ayuntamiento ha dispuesto una nueva zona de carga en la margen derecha de la avenida en dirección a la plaza de toros. La reforma de la avenida no sólo fue polémica por su alto coste (5,1 millones de euros) sino también por su propio diseño. En horas punta, las largas colas recordaban a otros tiempos de atascos y circulación lenta. Según el anterior equipo, su diseño quedó también para futuras obras como el tranvía a Puente Castro.