Todo son quejas por la crisis

La crisis acampa en Sáenz de Miera y deja su rastro por el recinto ferial. Los comerciantes del tradicional mercadillo de las fiestas de San Juan y San Pedro recogen firmas para presentar en el Ayuntamiento de León. Quieren que los nuevos responsables municipales tengan un gesto con ellos y rebaje la tasa que pagan por permanecer diez días instalados en León. Este año pagan 200 euros más que el año pasado, hasta los 840 euros. «A día de hoy», comentaban ayer varios comerciantes, «no hemos cubierto todavía este gasto. Es un abuso lo que han subido este año». El 95% de las personas que abren sus puestos en Sáenz de Miera durante las fiestas son inmigrantes, «pero este año han venido un 30% menos que otros años. Somos una veintena». Escasa afluencia de público y pocas compras que los afectados cifran en un 50% de caída con respecto a otros años. «El Ayuntamiento nos obliga a pagar 300 euros por el banco y el resto lo pagamos en mano y no nos dan ni recibo. Aquí puede venir a instalarse cualquier comerciante irregular que nadie se entera», explican, «León es la ciudad más cara, más que Albacete, donde piden 710 euros y es la feria más grande de España».

El calor y la ausencia de baños para la ducha y la limpieza diaria son parte de las quejas de estos comerciantes. «No tenemos duchas, si queremos asearnos tenemos que pagar dos euros en la piscina del Hispánico», afirman.

Las seis casetas de las asociaciones de vecinos se han llenado este fin de semana, pero la afluencia de público es ha caído con respecto al año pasado. El encargado de la caseta de la Asociación de Vecinos Torío se queja de que los leoneses pagan 300 euros más por abrir las casetas que las asociaciones de inmigrantes, «y tenemos peor ubicación», asegura. La limpieza y la ausencia de baños son parte de sus quejas, «como no hay baños ni para nosotros, que estamos aquí 14 horas, ni para los clientes, por la mañana aparece todo alrededor con defecaciones y orines». De la misma opinión es el secretario de la Peña Andaluza, «el fin de semana ha sido fuerte, pero el resto del tiempo regular».

Oteruelo de la Valdoncina parece haber salvado con su apuesta de música electrónica. El DJ Oqua asegura que la caseta se llena de gente joven todos los días.

Los feriantes esperan recuperar pérdidas mañana en el Día del Niño, en el que las atracciones cuestan a mitad de precio. Hasta ahora los ingresos han caído un 50% con respecto al año pasado, «hay poca afluencia y la gente que viene monta menos», asegura Patiño, de la Asociación de Feriantes.