Una tormenta de granizo bloquea Cuadros y deja importantes daños
La fuerte lluvia provocó retenciones en la carretera que une Lorenzana con La Robla
Una impresionante granizada bloqueó ayer el municipio de Cuadros durante toda la tarde. En pleno mes de julio, las calles de este ayuntamiento próximo a la capital se cubrieron de un manto blanco que recordaba a las nevadas del invierno, lo que provocó que muchos vecinos tuvieran que emplearse a fondo para evitar la inundación de sus casas y garajes. A partir de las tres y media de la tarde, una tormenta con un importante aparato eléctrico descargó durante 50 minutos sobre pueblos como Cascantes, La Seca, Cuadros, Santibáñez, Campo de Santibáñez y Lorenzana una lluvia de granizo del tamaño de una avellana.
La situación fue especialmente crítica en Campo de Santibáñez donde tal fue la acumulación de hielo que el tráfico en la carretera que une Lorenzana y La Robla se vio afectado durante cerca de dos horas por la acumulación de agua en la calzada. En esa zona fue donde se inundó la única casa, debido a que su nivel se encuentra por debajo de la cota de la carretera.
La tormenta deja importantes daños en la zona, tanto en los frutales como en las numerosas huertas, aunque es difícil de cuantificar ya que se utilizan en su mayor parte para el consumo familiar. El alcalde de Cuadros, Marcos Martínez Barazón, estuvo en contacto con el director de Protección Civil de la Junta, Luis Aznar, por si fuera necesaria la intervención de equipos de emergencia. Finalmente, al dejar de llover y no verse complicado el tráfico por las temperaturas de esta época del año, que deshicieron el hielo en muy poco tiempo, se decidió no tomar ninguna medida extraordinaria. Efectivos de la Guardia Civil también controlaron la zona. Entre las cuatro y las seis de la tarde, el tráfico se complicó especialmente entre Santibáñez y Campo de Santibáñez debido a la gran acumulación de granizo en la calzada. Algunos vecinos ayudaron a retirar el hielo con palas, como si de una nevada se tratara. Los más antiguos de la zona no recordaban una tormenta así en más 70 años. «Ha sido algo extraordinario, pero no ha pasado nada», se congratulaba el alcalde Cuadros.