Trece familias de León esperan ya que el fiscal decida si sus hijos fueron robados
El fiscal jefe de León, Emilio Fernández, decidirá a finales de julio sobre las dos primeras denuncias que llegaron en enero a los juzgados de León de presuntos casos de bebés robados, destapadas por este periódico. El fiscal jefe tiene ya sobre su mesa trece expedientes procedentes de familias leonesas que tienen sospechas de que sus hijos no están muertos, como dijeron a las familias, y fueron robados nada más nacer. El fiscal ultima estos días los expedientes enviados a primeros de año por Anadir, la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (actualmente SOS Bebés Robados) referidos a una denuncia de una familia leonesa que duda que su hijo, un varón que nació por cesárea tras ocho meses de gestación en el Hospital de León en el año 1989 muriese al nacer. El fiscal tiene en su poder toda la documentación que ha requerido a las autoridades sanitarias ya que, al ser un caso relativamente reciente, están disponible. Fernández coteja ahora todo los documentos de los que, en un principio, asegura que no encuentra ninguna irregularidad. El Hospital ha aportado los datos médicos y los informes de la autopsia, aunque el fiscal aún no ha tomado una decisión.
La falta de documentación es el principal problema con el que se encuentra Fernándezl para investigar las denuncias referidas a la Maternidad de León en los años cincuenta, que son la mayoría de las trece que tiene sobre su mesa de trabajo. «Muchas familias denunciantes no recuerdan ni el nombre del médico que las atendió, ni la fecha exacta del nacimiento e incluso, en muchos casos, las madres ya están muertas», explica Emilio Fernández, que espera el documento oficial de la Fiscalía del Estado para la actuación en estos casos.
El fiscal resalta la dificultad para la investigación, en los que está prácticamente dedicado en estos días. Una de las últimas denuncias llegadas a su despacho viene sólo acompañada de una carta manuscrita. «Es para nota», afirma. El caso llega a León desde Asturias. El denunciante relata que su madre estuvo presa en San Marcos en el año 1937. La trajeron desde Asturias con su bebé, pero el niño desapareció durante su estancia en el centro penitenciario y nunca se supo de su paradero. Ningún otro documento. La Fiscalía se afana estos días en la petición de datos al archivo provincial y Colegio de Médicos.