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«Los volveríamos a hacer; no podíamos hacer otra cosa»

Rafael y Juan no dudaron en escalar al balcón del primer piso para el rescate

Rafael Pérez (izquierda) y Juan Fernández, ayer, en la zona.

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m. c. c. / r. c. | león
León

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Nunca lo olvidarán, y volverían a hacerlo. Rafael Pérez y Juan Fernández, de 36 y 28 años respectivamente, se encontraban ayer casualmente en la calle Puerta Moneda cuando advirtieron un incendio muy cerca, en la calle Hospicio, entre el parque de San Francisco y la iglesia del Mercado.

Cada uno por su lado, porque no se conocían, se acercaron picados por la curiosidad, cuando de repente se encontraron con una gran llamarada y dos personas atrapadas, que ya no podían salir de su casa por la puerta. «Había mucho humo y vimos que podían morir. Primero lo intentamos por la puerta, pero era imposible, y después, viendo que no podíamos echarnos atrás, por la ventana. Al final, por el balcón del primer piso pudimos sacarlos», comentaba ayer Rafael, satisfecho, mientras aguardaba noticias de los heridos en la zona.

«Fueron momentos muy difíciles», añadía Juan. «Todo fue muy rápido, pero no lo puedes pensar».

«Lo más duro -explicaba Rafael- es ver la impotencia de esas personas atrapadas en su propia casa y que, por los años, no podían salir. Fue tremendo, pero afortunadamente lo pueden contar».

En el caso de Rafael, su condición de militar le ayudó a la hora de tener las fuerzas suficientes para subir hasta el balcón del primer piso. «Algo de adiestramiento hemos hecho», explicaba satisfecho, «pero también es verdad que nunca me había visto en un caso parecido».

Rafael se encontraba tomando un vino en un bar próximo cuando escuchó las voces y el trasiego de los vecinos. «Escuché gritos y gente que pedía ayuda. No lo dudé», insistía.

Rafael y Juan no quisieron olvidar tampoco a los vecinos de la zona que rápidamente llamaron a los bomberos, ni tampoco a los que les ayudaron a subir hasta el primer piso y bajar rápidamente a las dos personas.

A la antigüedad del inmueble, se unen las calles estrechas de la zona, que hacen más difícil el acceso de los equipos de bomberos, aunque en este caso todo funcionó a la perfección.

Pese a la rapidez de los equipos de bomberos y policía, las llamas hacían inmediata una actuación. Y en esta ocasión, había dos héroes anónimos para jugarse la vida.

El incendio generó una gran expectación no sólo entre los vecinos de las calles próximas sino también entre muchos curiosos en tránsito hacia el cercano Barrio Húmedo.

Rafael y Juan fueron el centro de atención de muchos medios de comunicación durante los minutos posteriores al rescate. Parcos en palabras, sí repitieron una y otra vez que lo volverían a hacer. «Cuando estás en una situación así, no puedes cruzarte de brazos».

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