Diario de León

Once menores de León esperan una familia de acogida

La Junta tutela a 270 niños y niñas en desemparo, 123 están en residencias

Un entorno familiar tolerante y flexible facilita la socialización de los menores.

Un entorno familiar tolerante y flexible facilita la socialización de los menores.

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carmen tapia | león
León

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O nce niños y niñas de León están a la espera de que una familia los acoja en su casa. Son carne de institución, han pasado la mayor parte de sus vidas en los centros tutelados por las administraciones. Un juez ha decidido que no pueden ser adecuadamente atendidos por sus familias en sus propias casas y están capacitados para aceptar otros vínculos familiares. Todos son menores de edad y protegidos por la Junta de Castilla y León.

Un exhaustivo proceso de selección los ha colocado en esta situación de salida. Otros 123 están aún en acogimiento residencial, 44 en centros propios de la Junta y 79 en centros concertados. Algunos tienen trastornos de conducta y están acogidos en los centros de socialización. En León hay catorce menores en este centro. Otros dos viven en pisos de tránsito a la vida adulta.

Sus perfiles dificultan que las familias decidan hacerles un espacio en sus casas. Hay cuatro grupos de hermanos entre los 10 y los 16 años -”la Junta necesita que los hermanos sean acogidos todos por la misma familia-” . Otros tres lo tienen más difícil por sus graves problemas de salud y discapacidad. Pocas familias están dispuestas a asumir ese compromiso.

Pero todos los expertos opinan que lo mejor para estos menores es tener una referencia familiar, por eso el Gobierno prepara una ley que promueve la acogida y la adopción que saque a los menores de las instituciones. Las familias de acogida de León tienen en sus casas a 146 niños. Asumen unos compromisos para su educación ya que necesitan un referente familiar en un hogar en el que predomine la tolerancia, la flexibilidad, la afectividad, el autocontrol, la capacidad para resolver conflictos y la comprensión por la situación del menor. Las familias pasan por unas pruebas en las que los servicios sociales se aseguran de que van a ser capaces de dar cariño, pero también de están preparados para el desapego. Los menores están con las familias hasta que su situación familiar cambie. A los 18 años deciden si se van o se quedan. La mayoría se va. A cambio, la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, a través de los servicios sociales, les ayuda económicamente. Las familias ajenas-”las que no tienen vínculos de sangre con el menor-” reciben entre 11 y 14 euros al día para la manuntención y gastos corrientes; 303 euros para gastos extraordinarios y si el menor requiere atención especial la Junta aporta a la familia hasta 218 euros al mes.

Familias concienciadas. Nueve familias de León se han presentado este año en Cruz Roja, que gestiona los acogimientos, para llevarse temporalmente a estos menores en sus casas. La cifra es esperanzadora para los responsables de la institución, ya que en todo el año pasado sólo se presentaron diez, por lo que, de seguir la tendencia, los menores podrían encontrar una familia a lo largo de este año.

Pero no todo son historias con un final feliz. Las dificultades sociales con las que cargan estos menores complican a veces la convivencia. En el 2010 cuatro menores fueron devueltos a las residencias tras fracasar la convivencia familiar. En lo que va de año se ha producido una renuncia. «No es frecuente la interrupción», aseguran desde Cruz Roja, «el que se ha producido este año ha sido a causa del largo periodo de institucionalización de la menor y la dificultad que esto plantea para la integración en un núcleo familiar».

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