"Quiero hacerme una casa al lado de mi familia de acogida"

Un cáncer acabó con la vida de su padre y todo se volvió gris para él y sus hermanos. Su madre, de Cabo Verde, no soportó la presión y cayó en excesos incompatibles con el cuidado de sus tres hijos. Su tía arregló los papeles y la Junta asumió la tutela. Daniel Fernández tiene ahora 19 años, lleva dos con su familia de acogida y ha decidido quedarse. «Mis hermanos y yo les pedimos a los del centro donde estábamos que queríamos salir de allí. Nos concertaron dos entrevistas con familias. La primera no nos quiso, pero Gerardo Fernández e Isabel Gañeras sí. Recuerdo que esa tarde estaba avergonzado, con toda la familia, y nada más salir de esa comida le dije a la asistenta social que quería quedarme. Me adapté muy bien, Ojalá todos los niños y niñas puedan probarlo». La falta de libertad en el centro les ahogaba, «aunque se portaban bien con nosotros». Su padre de acogida, Gerardo, de San Justo de la Vega, lo tiene claro, «cuando llegaron no tenían futuro, ahora sí. Los apellidos no hacen a la familia, sino el afecto». Daniel trabaja en un centro especial de empleo, tiene novia y quiere independizarse, pero no muy lejos. «Me haré una casa en el pueblo, al lado de mi familia de acogida».