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El Ayuntamiento sacará el contrato de la basura en el último trimestre del año

El servicio, con un coste de 18,2 millones anuales, está prorrogado desde el 2007

La nueva dotación de contenedores, papeleras y ceniceros se repartirá por la ciudad.

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a. caballero | león
León

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Superviviente por inercia, el contrato de limpieza y recogida de residuos sólidos urbanos entra en la agenda del nuevo equipo de gobierno como antes lo hizo en el último mandato de Mario Amilivia y en los cuatro ejercicios del pacto PSOE-UPL. Una prórroga indefinida que se extiende desde el 2007. Más de cuatro años de prestación del servicio a los cuales se pretende poner límite en el último trimestre del año, según fuentes del PP municipal. «Estamos estudiando los pliegos», concedió ayer el portavoz, José María López Benito, quien no quiso poner plazos, pese a que en el seno del gobierno local se ha marcado el mes de octubre como fecha para licitar el concurso. El mayor contrato que deben soportar las arcas del consistorio, sobre las que en cada ejercicio se fijan 18,2 millones de euros como partida para afrontar el pago de la externalización.

La labor no parte de cero, sino que a finales del pasado mandato el PSOE y la UPL ya le pasaron un borrador de los pliegos a la oposición del PP. Un grupo municipal del que sólo sobrevive quien ahora es concejal de Limpieza, Julio Cayón. El documento de trabajo elaborado por los servicios técnicos, con el personal de la Secretaría municipal al frente, proponía una rebaja de 1,9 millones de euros anuales, después de limar la factura de 18,2 millones a sólo 16,3 millones. El ahorro que saldría de la amortización de las plazas del personal prejubilado -”sin necesidad de despidos-”, el menor combustible que gastará la nueva maquinaria y la merma del beneficio industrial que se queda la empresa privada.

Pero por en medio de la consecución del objetivo marcado se cruza otra vez la deuda que mantiene el Ayuntamiento con la actual adjudicataria, Urbaser. Pese a que a final del 2010 se firmó un acuerdo para afrontar los cerca de 80 millones de euros de deuda -”que ascienden a 97 con intereses-” que arrastra la administración en facturas desde abril del 2005, el consistorio no ha cumplido con el pago de los 458.000 euros mensuales fijados para enjugar el débito, ni tampoco con los 1,5 millones de euros de prestación ordinaria del servicio cada mes. Una rémora que pesa sobre el nuevo contrato, dado que si se resolviera una nueva adjudicataria Urbaser podría bloquear los pagos hasta cobrar todo lo que se le debe.