Un pedacito de León
Los turistas que visitan la ciudad no abandonan León sin antes comprar alguno de los productos más típicos, como la cecina o una réplica de la Catedral, para tener así un recuerdo de sus vacaciones
Se los distingue por la cámara de fotos al cuello, por ocupar las terrazas más céntricas y por rondar los lugares más emblemáticos de la ciudad. Son los turistas que pasan unos días de descanso y de ocio en León, pero el momento de marcharse llega antes o después, y es entonces cuando se dedican a hacer las últimas compras, aquellas destinadas a la familia y a amigos y a llevarse un recuerdo imborrable de las vacaciones.
Embutido, dulces y vino. Tres productos gastronómicos con gran tradición en la provincia y que hacen las delicias de los visitantes, primero en bares y restaurantes y después en las tiendas de delicatessen. Desde las tiendas de embutidos aseguran que la cecina es la estrella de las compras. La más demandada, por ser la más conocida, es la de vaca, aunque los hay que también pregunta por la de chivo. La morcilla de León suele ser lo segundo que piden los visitantes, así como el chorizo y el lomo de la región. Pero pocos preguntan por el botillo.
Los más golosos no dejan pasar la oportunidad de hacerse con una caja de mantecados de Astorga, de lazos de San Guillermo o de Nicanores de Boñar. Sin embargo, la pastelería típica de León queda en segundo plano cuando el chocolate hace su aparición. Es entonces cuando los bombones de la catedral se convierten en indispensables en las compras, como indican en Hiper Gol y en Hojaldres Alonso. Y que no falte un buen vino de la tierra, el regalo perfecto para llevar a familiares y amigos.
Para recuerdos de las vacaciones, los habituales souvenirs, para todos los gustos y para todos los bolsillos. En Fotografía J.R. cuentan que las réplicas de la Catedral, en todos los tamaños, monumento emblemático de León, son las figuras más vendidas a los turistas, pero los imanes y los dedales con dibujos de la ciudad siguen siendo los objetos de recuerdo más demandados.
La artesanía también se ve como un buen recuerdo de las vacaciones, aunque a priori pueda venderse menos. Es el caso de los productos hechos con barro, ya sean botijos, jarros, huchas de cerdito, ceniceros. Cualquier forma sirve, y lo único que los turistas piden es que lleve escrito el lema «recuerdo de León», para que no haya dudas de dónde han pasado sus vacaciones.
De España y del extranjero. Ni todos los turistas son iguales ni todos buscan lo mismo en las tiendas de recuerdos. Si bien el embutido es uno de los productos más demandados por los visitantes de todas partes, no todos saben bien qué es lo que tienen que llevarse y es entonces cuando sus lugares de procedencia los delatan.
Los visitantes que llegan a León del norte de España ya saben qué es lo que pueden encontrar en los establecimientos gastronómicos. Pero los que llegan de lugares ubicados más al sur, especialmente de Andalucía, desconocen incluso qué es la cecina. «A los de Andalucía les gusta mucho preguntar y, sobre todo, probar lo que van a comprar», aseguran desde Sabores de León.
Los viajeros procedentes de fuera de España desconocen por completo cuál es la gastronomía más típica de la ciudad y pocos son los que se aventuran a adquirirla en las tiendas. Los más encaminados a su compra son aquellos que hacen turismo, especialmente las familias y las parejas, que se permiten unos minutos para contemplar las estanterías de los establecimientos y preguntar a los vendedores.
Los que peregrinan por el Camino de Santiago, sin embargo, sólo adquieren los justo y necesario para poder hacerse un bocadillo y seguir su andadura por la ruta jacobea.
En las tiendas de souvenirs no sucede lo mismo. Ya pueden venir de EE.UU., de Alemania, de Francia, de Italia o, incluso, de Japón. Las camisetas con frases graciosas y los objetos con el lema «recuerdo de León» son los recuerdos que llevarán de vuelta a sus países.