La integración de personal de la Caja en el nuevo banco se definirá este mes
Sigue la tensión entre directivos por la elección de consejeros con vínculo político
La mesa laboral definirá a finales de este mes de agosto en Madrid, el día 29, los flecos pendientes para abordar la integración de personal de Caja España-Duero y Unicaja en la nueva entidad bancaria que va a dar origen la integración de las cajas andaluza y castellano leonesa. Aunque la citación para la mesa laboral de las entidades tiene otro motivo y orden del día, la inmediatez de la unión de las dos cajas ?que está previsto que se apruebe de forma definitiva a comienzos de septiembre (el día 5 en principio es la fecha fijada)? convertirá la integración laboral en un asunto a debatir en esa reunión.
La aproximación de Caja España-Duero a Unicaja tiene indefinidos aspectos que conciernen al marco laboral, agitado en los últimos meses por diferencias contractuales entre empleados de una y otra entidad. Las negociaciones han acertado a limar el desencuentro en torno a las condiciones de los empleados que aportarán cada una de las entidades al nuevo banco.
Lo que no se oculta camino de esa integración, tanto a nivel sindical como de representación directiva, es la tensión originada en el seno de Caja España Duero a raíz de la inclusión de dos consejeros con marcada significación política en la relación de los nuevos nombramientos para el consejo del nuevo banco. La elección de Miguel Ángel Álvarez, vicepresidente de la entidad y afín al ex alcalde socialista de León, y de Pablo Pérez Robla, que ocupó en las pasadas elecciones locales el número once de la lista del PSOE al Ayuntamiento de León, se alejó sin disimulo del consenso y acabó con las respuestas airadas de distintos sectores representados en los órganos directivos de la Caja. El CSICA ya avanzó su intención de negarse a negociar un acuerdo laboral y no participar por tanto en ese proceso por causa directa de la elección de los consejeros. El sindicato basa su postura en que la elección se sustentó con el voto y el apoyo de los políticos.
Amaine o no la tormenta que originó la elección de consejeros con vinculaciones políticas para el nuevo consejo, las entidad se asoma ya a la recta definitiva de la conversión en banco y la alianza societaria con la caja andaluza Unicaja, con el fin de cumplir con los preceptos que impone la reforma financiera diseñada por el Gobierno: la asamblea decidirá el próximo día 5 de septiembre sobre la segregación del negocio financiero a favor del Banco Caja España de Inversiones, Salamanca y Soria. Este nuevo banco va a asumir toda la actividad financiera y la plantilla de la entidad financiera, de tal forma que el proceso no va suponer cambios ni alteraciones para los empleados o para el negocio.