En verano, cambio de vivienda

Mucha gente tuvo conocimiento de esta práctica a través de la película ‘The Holiday’, protagonizada por Cameron Diaz y Kate Winslet; otros a golpe de ratón buscando en Internet las vacaciones perfectas y otros tantos gracias al ‘boca a boca’ que tanto funciona.

Y es que el intercambio de casas durante todo el año, pero sobre todo en los meses de verano, va ganando adeptos con el paso del tiempo, principalmente en los últimos años debido a la crisis económica donde, a pesar de todo, no existen impedimentos para viajar y conocer otros rincones del mundo.

Hoy en día, y gracias a la expansión de Internet, son numerosas las páginas web especializadas en este tipo de actividad que facilitan los acuerdos entre particulares.

Un ejemplo de ello es la agencia intercambiodecasa.es, un portal que ofrece la posibilidad de insertar anuncios y acceder a un directorio de personas que intercambian su casa en cualquier lugar del mundo. Así, hay registrados un total de 7.800 miembros a nivel mundial de los que 978 son españoles. Los leoneses inscritos en esta agencia se ven reducidos a 18, de los que 7 han publicado su anuncio en base a su vivienda habitual y otros 11 han listado su segunda residencia.

Los destinos preferidos por estos leoneses contemplan un amplio abanico de posibilidades, aunque los más repetidos especifican estar interesados en Europa, siendo Londres el destino predilecto. Sin embargo los hay que escogen lugares más alejados como Japón, Omán e incluso Vietnam.

El perfil de los usuarios de esta práctica en León es muy variado ya que contempla todo tipo de personas, de cualquier edad, clase social o profesional dado que cada uno encuentra sus ventajas personales: para unos es el ahorro económico lo que predomina, y para otros es el hecho de sentirse como en casa. Sin embargo, los hay que se inscriben en estas agencias con el fin de optar a destinos turísticos donde no pensaban se podrían permitir unas vacaciones.

Un aspecto que ha ido ganando importancia con el paso del tiempo es el componente ecológico ya que con esta opción se frenaría el turismo de masas así como su contaminación procedente de la construcción de hoteles y la posterior destrucción de muchas zonas costeras antes paradisíacas.

La duración media de los intercambios es de 10 a 15 días, aunque también los hay de 2 a 4 o incluso los que se prolongan durante un año entero.

En lo que a alojamientos se refiere, el intercambio de casa no siempre es equitativo, ya que en muchas ocasiones, la mayoría, lo que prima es la localización de la vivienda en cuestión. De este modo y como ejemplo, cabe mencionar un intercambio que se produjo entre una habitación en Londres por una mansión de cuatro habitaciones frente a la playa en Vancouver.

El mecanismo de funcionamiento es muy sencillo: unas llaves por otras. Se trata de un acuerdo voluntario entre particulares para cederse mutua y temporalmente sus viviendas, aunque existen diversas posibilidades: el intercambio puede ser simultáneo, esto es, alojarse en una casa vacía mientras los ocupantes habituales de esa vivienda residen en el hogar de sus huéspedes, o bien negociando diferentes fechas según lo que más le convenga a los protagonistas.

Este último caso suele ser el habitual cuando lo que se ofrecen son segundas residencias, práctica más repetida entre los españoles que se opone a las preferencias de los extranjeros, quienes se inclinan más por prestar sus viviendas habituales.

Este ejercicio, aunque parezca algo actual y novedoso, nació en los años 50 entre dos maestros, uno suizo y otro holandés, que querían sacar provecho del largo descanso escolar sin arruinarse en el proceso. Y es que los gastos de alojamiento se reducen casi al 100% y el desembolso económico se simplifica, básicamente, al desplazamiento hasta el lugar de destino y a la comida.

Estas agencias a cambio de una cuota de inscripción que oscila entre los 50 y los 100 euros, aproximadamente, ofrece a sus clientes un completo y variado repertorio de ofertas y demandas por parte de otros particulares en la misma situación.

Una vez abonada la cuota, los miembros pueden acceder a comunicarse con otros participantes a través del formulario de contacto donde, en ningún caso, podrán ver el e-mail del otro miembro, su teléfono o dirección, o cualquier otra información personal, a no ser que entre ellos así lo decidan con el fin de comunicarse de una forma más directa y facilitar los trámites correspondientes.