La rotonda electoral

Hay glorietas a las que la adjudicación de obras no cambian. Es el caso de la rotonda de Carrefour, que mantiene la misma provisionalidad que hace ocho meses, cuando se anunció su conversión en una glorieta sin semáforos, y dos desde que el Ministerio de Fomento adjudicó las obras, el pasado 14 de junio. A la zona no ha llegado ni una máquina ni ningún trabajador de la unión temporal del empresas que ganó el concurso. Ayer, por no haber novedad, ni se había instalado todavía el tradicional cartel que anuncia el inicio de toda actuación pública.

Este cruce es junto con Michaisa -resuelto en el último mandato- y la intersección de la Ronda Este con el acceso al Hospital de León-pendiente todavía-, uno de los tres puntos negros más importantes para el tráfico de la ciudad de León.

En los meses previos a las municipales y autonómicas de mayo, el fin de los semáforos de esta intersección entre la carretera a Valladolid y las avenidas Fernández Ladreda y de Europa, se convirtió en una baza electoral. En plenas Navidades, a bombo y platillo, la Dirección General de Carreteras, dependiente del Ministerio de Fomento, anunció la licitación del proyecto, un anuncio que trasladó a la opinión pública el delegado del Gobierno, Miguel Alejo, de visita a León, quien dijo que el Ejecutivo de Zapatero no iba a esperar hasta marzo, fecha límite para la obtención de documentación, para iniciar las obras. Lo único que se hizo, ya en enero, fue colocar una señalización provisional para eliminar los semáforos, que aún está funcionando.

Las empresas Oca Construcciones y Proyectos y Señalizaciones de Asturias resultaron adjudicatarias de los trabajos en junio por 840.742 euros y su publicación en el Boletín Oficial del Estado fue casi inmediata, por lo que no hay ninguna razón administrativa que se pueda alegar para que se retrasen las obras dos meses ya.

Las obras consistirán en reordenar el tráfico en esta entrada y salida sur de la ciudad sin semáforos, según explicó el Ministerio. Este periódico intentó ayer sin éxito que el Ministerio explicara las razones del aplazamiento.

La glorieta dispondrá de tres carriles de 4 metros de anchura, con un arcén interior de 50 cm y otro exterior de un metro. Las obras a ejecutar obligarán a levantar el firme existente y a construir sumideros para el drenaje.

Durante todos estos meses, el cruce ha funcionado de manera provisional con una buena aceptación. Las obras también deberán trasladar parte de la decoración urbana de esta zona, que tiene ahora mismo un montículo con el nombre de León y un pequeño estanque.

Durante muchos años, en León hubo un debate sobre cuál era la mejor fórmula para acabar con este punto de negro del tráfico. Se llegó a plantear hasta la construcción de un túnel subterráneo para conectar directamente la Ronda Este con la carretera de Valladolid. Finalmente, la zona quedará como una zona más de la trama urbana de la ciudad.