Rubalcaba insiste en que Alonso sea cabeza de lista al Congreso por León
El portavoz socialista es reticente a seguir en política tras la retirada de Zapatero.
Alonso, en una intervención en el Congreso.
Alfredo Pérez Rubalcaba ha cruzado su vida política en los últimos años con la del leonés José Antonio Alonso; en las portavocías del Congreso, en el despacho de la planta noble del Ministerio del Interior del que ambos fueron titulares, en los escaños socialistas de la Carrera de San Jerónimo. Y por el interés que muestra el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales, la probabilidad de que coincidan en funciones próximas tras el 20-N resulta elevada. Rubalcaba quiere que Alonso repita como cabeza de lista al Congreso de los Diputados por León, puesto desde que el ex ministro de Defensa y de Interior, y actual portavoz socialista en el Congreso, obtuvo las actas de Diputado en las dos últimas legislaturas.
El problema para satisfacer el interés del nuevo líder federal de los socialistas es que el parlamentario leonés no está por la labor de repetir en el mismo destino. Argumenta Alonso, en sus círculos más próximos, que su vida política, intensa en cargos y dedicación en los últimos siete años, está limitada por la retirada de José Luis Rodríguez Zapatero de la primera línea. Que llegó con Zapatero y que, es su intención, se irá con Zapatero, que en el 2004 lo reclutó desde la judicatura para que le acompañara en el ascenso al Gobierno.
La voluntad de Alonso de decirle no a la propuesta de Rubalcaba para que sea el cartel del PSOE leonés en la campaña del 20-N apuntala el plan de la actual dirección socialista en la provincia leonesa, que apuesta de forma implícita por el secretario provincial de la organización para ese pulso electoral. El propio Francisco Fernández se postuló para la contienda en una entrevista concedida a este periódico a inicios del mes de agosto.
En la intención de que Alonso abra la relación de cinco candidatos del PSOE al Congreso, Rubalcaba se encuentra el apoyo del sector crítico de los socialistas leoneses que ya han dejado patente su oposición a que sea Fernández quien encabece el cartel. Con la margarita deshojada, Alonso y Rubalcaba sí se van a encontrar —otra vez— en la negociación que los grupos políticos van a mantener para la reforma del texto constitucional, necesaria para introducir el techo de déficit en el gasto público. Más difícil es que se vean en el banquillo de candidatos.