«Ahora dicen que el alcalde va por la calle andando, yo qué iba, en patinete»

Tiene «una cosa clara: que la gente no votó al PSOE». Una ausencia de apoyos que envió a Francisco Fernández a la oposición e hizo que en su partido crecieran las corrientes críticas. Voces que cristalizaron en la intención de presentar una lista alternativa a la Diputación, pactar una representación diferente en el Consejo Comarcal o revolver las listas al Congreso, en la que el ex alcalde irá de número 2, y el Senado. Polémicas que, junto con su nuevo papel en el consistorio, analizó el líder socialista en El Filandón, que emite La 8 de Televisión Castilla y León en colaboración con Diario de León. Una charla en la que no desveló si abandonará la política municipal una vez que se concrete su acta de diputado nacional, pero sí que adelantó su intención de revalidar su puesto de secretario provincial en el próximo congreso. «En estos momentos, no pienso en no presentarme», remarcó.

Menos taxativo se mostró el ex alcalde cuando tuvo que responder a las preguntas sobre su futuro político. «En su momento» fue su frase más repetida. «Soy una persona que se adapta a la realidad y a las circunstancias. Fui vicepresidente de la Diputación y cuando se acabó volví a mi puesto de trabajo en la Caja hasta que 10 años después me llamó Zapatero para que fuera candidato en León. Ahora, si consigo ser diputado, me adaptaré a estar en Madrid y a trabajar en León. Vamos a ver qué trabajo tengo que realizar allí...», se zafó Fernández, quien volvió a insistir en que tomará la decisión de simultanear cargos o abandonar el Ayuntamiento «cuando toque». «No me precipito; por precipitarse no se gana nada», recalcó.

La autonomía para la toma de la decisión sobreviene después de un proceso de candidaturas en el que Fernández se ha visto atacado por un sector de su partido. «No me sentido traicionado por nadie. Yo relativizo las cosas: cuando los resultados no son buenos siempre hay problemas y sé que es difícil que todo el mundo te dé su apoyo, aunque queda claro que fueron más los que me apoyaron que los que no», aclara. Un bando crítico en el que incluso se sentaron concejales del Ayuntamiento, como Vicente Canuria y José Antonio Díez, aunque el líder del PSOE asegura que no le sorprendió «nadie». «Me sorprendería que tomaran esa decisión dentro del Ayuntamiento, pero ahí seguimos las votaciones como grupo», afirmó.

Más irónico se mostró el secretario provincial del PSOE para puntualizar el mensaje lanzado a Miguel Martínez, presidente de Paradores, que fue uno de las caras relevantes del sector crítico. «Dije muy claro que tiene mucho trabajo, porque lo tiene, pero no fue un ataque a Martínez. No me ha preocupado su presencia en ese sector», concedió Fernández, quien sí que abundó en que «alguien que tiene una responsabilidad no puede tirar la toalla». «Yo no la voy a tirar. Voy a ir a hablar con el ministro», avanzó, pese a que la legislatura ya está liquidada y el aplazamiento de la financiación para la reforma de San Marcos lo anunció Zapatero.

El argumento de que el PSOE es «un partido democrático, mientras que en otros funcionan con la corneta», le sirvió para intentar zanjar la polémica de estos meses, en los que señaló que no ha hablado «con Zapatero del tema para nada». «Hablé después de las elecciones de los resultados, que no nos agradaron a ninguno», puntualizó.

Sin olvidar que estos resultados se debieron a una «situación generalizada», Fernández admitió que «quizá» no supieron «explicar bien los proyectos, lo que hizo que los ciudadanos lo vieran con intranquilidad». «Mi idea era una ciudad dinámica que tuviera un cambio de mentalidad. Siempre lo desconocido da reticencias», justificó.

Igual de reticente se manifestó respecto al plan de 100 medidas para los 100 primeros días. «Decir que quitar una cerradura de un ascensor o reunirse con Carrasco son importantes... Pido que se preocupe por crear empleo y dar una solución económica a la situación del Ayuntamiento; ahí, vamos a apoyar todos», adelantó Fernández, quien bromeó con el anuncio de que el regidor del PP «va andando». «Yo qué iba, en patines», ironizó.

Fernández negó que le desagradara que Zapatero recibiera a Carrasco y Gutiérrez en Moncloa. «Fue un gesto elegante del presidente, que ejerce de leonés. Me he reunido con él allí muchísimas veces y no me importa no haber tenido la foto», apuntó.

El encuentro tuvo tiempo para que Fernández avisara de que no acudirá al consejo de ex alcaldes —«no tendría sentido dado mi papel de portavoz de la oposición», aclaró—; alertó de que la política de promoción turística, desmontada la empresa mixta, «no dará resultados»; y defendió el proyecto de Fernández Ladreda. «Ahora se recogen firmas de los vecinos para que se vuelva a poner como la dejamos. Hubo protestas de los comerciantes que tienen su negocio allí como base para el reparto a toda la provincia, pero no de los minoristas. Nosotros queríamos un bulevar en el que se pudiera vivir», subrayó.

Críticas contra Gutiérrez que aprovechó para cargar dada la reciente renuncia de una de las concejalas populares. «El PP no pensaba gobernar y se ha encontrado con personas que iban por ir, pero no para salir. Va a pasar con algunos más», alertó.