Una calculadora para la crisis

Que un munícipe y el representante del Cabildo catedralicio se pongan de acuerdo en la tradicional batalla dialéctica del ‘Foro u Oferta’ es más difícil que encontrar un leonés que prefiera la morcilla de Burgos. Así quedó de manifiesto ayer en el claustro de la Catedral durante la realización de este acto que es uno de los principales de las fiestas de San Froilán. Durante el mismo el ayuntamiento pugna por convencer a los canónigos de que la ofrenda que se hace por la victoria en la batalla de Clavijo, que liberó a los leoneses de la entrega de cien doncellas a los musulmanes, las Cantaderas, es voluntaria u oferta y no foro u obligatoria, como defiende el Cabildo. Como siempre, ayer la cosa quedó sin acuerdo y habrá que buscar nuevos argumentos para el año que viene.

Y no es que éste hayan faltado. El concejal Julio Cayón, que representaba a la corporación municipal, defendió una y otra vez que la ofrenda era libre y que como tal debía aceptarse.

«Los leoneses no han venido a este claustro encadenados, no veo que vengan con sogas, han venido libre y voluntariamente a entregar esta ofrenda. Usted se ha debido de creer que me he caído de un guindo o de un autobús de línea», afirmó Cayón ante un Primo Lucio Panera, representante del Cabildo, que no se arredró en absoluto.

«Esperaba yo que este año las cosas iban a cambiar, pero ya vi que en esas cien medidas del alcalde no aparecía nada, así que ni por esas. No ha habido ley humana ni divina ni tradición que haya hecho cambiar a la corporación, pero yo sigo manteniendo que es un foro, no una simple oferta, y así el Cabildo ha de recibir la ofrenda», espetó Primo Panera.

No faltaron los ganchos directos, en lenguaje de boxeo, como cuando Cayón les dijo a los canónigos que «les hacía falta mucha mili» para convencerle de sus argumentos. «Ustedes hacen mili corta y de oficial, hay que hacerla de tropa», espetó, y citó a Santa Rita de Casia, patrona de los imposibles, para recordar a los canónigos que no convencerán al consistorio de que la ofrenda es obligatoria. «Donde hay Cañada Real no se debe ir por el matorral y usted no ha ido por la Cañada Real, que es la que está en la tradición», golpeó Primo Panera, aunque Cayón no besó la lona. Y añadió más el canónigo, citando actas municipales para demostrar la obligatoriedad de la ofrenda e incluso atacando a la corporación recordándoles el dicho de que ‘a la Virgen salves, al Cristo credos y los cuartos quedos’.

Unos cuartos que tuvieron mucho que ver con el regalo que el Cabildo realizó a la corporación: una calculadora para atajar la crisis. «Esta calculadora es para que sumen y resten, sobre todo para el concejal de Hacienda que sabe muy bien lo que necesita de ella», afirmó Primo Panera.

Obsequio que Cayón devolvió regalando una baraja a los canónigos, «para que jueguen al cinquillo los domingos por la tarde». Pero ni con regalos de por medio, cada cual se mantuvo en sus trece y no retrocedió ni un paso. Y eso que hasta las Cantaderas esperaban que este año tal vez se resolviera la discusión. Pero no, tal vez para el próximo lo echen a cara o cruz.