La caída de consumo y actividad y las elecciones retrasan la recuperación

Mientras a raíz de la crisis el ahorro de las familias y las empresas españolas se ha reactivado, el de las administraciones públicas, que se había mantenido durante los años de bonanza, se ha visto duramente castigado en la crisis. Los expertos recuerdan que la mejora del ahorro público en los años de crecimiento no se debió a una reducción del gasto público, y sólo en parte a las reformas fiscales y una mejor política recaudatoria. Buena parte de los ingresos provenían de la estructura del consumo privado, que por entonces adquiría productos con cargas impositivas más elevadas.

Descalabro. En el 2008 la caída de los ingresos provocó un fuerte descalabro en las cuentas públicas que se aceleró en el 2009, y sólo registró una «leve mejoría» el año pasado a nivel nacional. Sin embargo, los territorios menos desarrollados mantienen tradicionalmente un déficit entre los ingresos que consiguen y la riqueza que generan y los gastos a los que tienen que hacer frente.

Una insuficiencia que «está compensada por las transferencias recibidas del conjunto de las administraciones para financiar los gastos en pensiones, subsidio de paro, enseñanza, sanidad y otros servicios públicos sociales». Un «equilibrio solidario» que mantiene la estabilidad y el estado del bienestar en el conjunto de la nación.

Las elecciones. Los expertos de la fundación de cajas de ahorro atribuyen el desplome del ahorro en el sector público en estos casi cuatro años de crisis sobre todo al fuerte descenso en la recaudación de impuestos, así como al incremento de las prestaciones sociales a las que tienen que hacer frente, fundamentalmente por la escalada del número de parados.

Las arcas públicas tampoco contuvieron suficientemente su gasto en el 2010, «un año preelectoral en el que a los representantes públicos les es difícil tomar medidas duras».