El Ayuntamiento ofrece al CCAN espacios para actos, pero no sede

El requerimiento para que el Club Cultural de Amigos de la Naturaleza (CCAN) abandone la Casona de Puerta Castillo es firme y establece que no se podrá ejercer el derecho de retorno, una vez finalicen las obras de reforma», según informaron ayer los concejales de Urbanismo y Cultura, Belén Martín-Granizo y Juan Pablo García, a los representantes del colectivo leonés.

El encuentro sirvió además para establecer una línea de diálogo. Conversaciones, que se repetirán en las próximas semanas, en las que la administración municipal quiere cerrar un convenio de colaboración mediante el cual el CCAN dispondrían de diversas instalaciones públicas para sus actividades, como el Espacio Vías, previas programación, pero fuera del cual queda la cesión, con o sin alquiler, de una sede permanente en la que asentarse, según informó el portavoz del colectivo, Alfredo Vidal.

Esta inclusión en la programación cultural del Ayuntamiento fue el fruto más fiable de la reunión, en la que los representantes del CCAN expusieron el acuerdo que tenían con el anterior equipo de gobierno para ocupar el bajo de los futuros pisos de precio público que se pretenden promover en la calle Santa Marina, perpendicular a la entrada de la Casona de Puerta Castillo. «No han dicho que no, pero que en todo caso sería a medio plazo», apuntó Vidal, quien recalcó el ambiente «cordial» en el que transcurrió la reunión.

La buena disposición no se traduce sin embargo en el consenso de una sede, sino como mucho «un despacho». «Nos han dicho que no tienen ninguna», concedió el portavoz del CCAN, que propuso emplazamientos como «el Abella, a los que quieren sacar una rentabilidad».

Mientras avanzan los contactos, el CCAN tantea encontrar un local privado, aunque es muy difícil por los requisitos de insonorización para actividades culturales y sociales que han desarrollado durante los últimos 40 años.