El límite a los kilometrajes de los diputados tensa la relación PP-PSOE

Tal y como se venía venir, el asunto de las indemnizaciones a los diputados por kilometraje generó ayer uno de los principales momentos de tensión del Pleno. Una vez expuesta la nueva situación, que permitirá únicamente cobrar los viajes a los diputados que vivan fuera de León y su alfoz y su residencia esté fijada en el municipio donde fueron elegidos como concejales y que el número de dietas se reducirán a diez al mes en el caso de los representantes que no tengan área de gobierno (no las percibirán los que residan en la ciudad y alrededores), el portavoz del PSOE, Ibán García del Blanco, defendió la legalidad de los viajes que ha pasado desde septiembre coincidiendo con el cambio de su domicilio a Cortiguera.

«Pensé que justificarían la modificación de esta norma que lleva varios mandatos en vigor. Llevaba muchos años y el trato ha sido igual al de otros diputados. Han montado una campaña alrededor de mi persona...». En ese momento la presidenta, Isabel Carrasco, le interrumpió de forma tajante: «Se remita al punto, ni el PP ni temas personales. Le quito la palabra».

En un instante cargado de tensión, García del Blanco le replicó: «¿No me deja hablar, me quita la palabra?». Y en ese momento la presidenta le prohibió que continuara su intervención. «¿A mí me va a quitar la palabra? Me iba a referir a cosas que dijo en los medios».

El debate sobre el asunto continuó, ya con el silencio del portavoz socialista. El diputado de UPL Lázaro García Bayón comentó que enfrentamientos como el que se vivía en ese instante en el salón del plenos «denostan la imagen de los políticos ante la sociedad».

En el turno de réplica del portavoz popular, Jaime González, recalcó: «El cambio de la normativa de los kilometrajes creo que está bastante justificado por los hechos que son públicos y notorios. Es más restrictiva y limitada que la de antes, justa y objetiva».

Tras la votación, que contó con el apoyo del PP y la abstención de la oposición, Carrasco quiso zanjar el debate exigiendo al portavoz del PSOE que retirara la acusación de que ella como presidenta había llevado «el asunto a los medios de comunicación, hay que probarlo; eso no se lo admito a nadie. Siempre pensamos que la gente actúa de buena fe legalmente, pero no podemos justificar conductos no muy honestas. Es chocante que un edil elegido por León, podría haber puesto su domicilio en Pontevedra».

Explicó que la nueva normativa de kilometrajes permite «aquilatar al máximo este tema para que no quede ninguna duda y da igual que lo de antes llevara cuatro o dieciséis años, no dudaremos en clarificarlo más si es necesario». Mientras Carrasco argumentaba, se oía a García del Blanco comentar: «¿Y yo no tengo derecho a hablar?».

Posteriormente, en el capítulo de ruegos, el socialista reclamó un gesto al equipo de gobierno ante la situación de crisis que atraviesa el país. «Un gesto para ofrecer a la ciudadanía, ustedes que cobran infinitamente más que la oposición. No creo que suponga mucho 5.000 euros para alguien que gane 80.000 al año. Tendrá esa sensibilidad».

En la rueda de prensa que ofreció posterior al Pleno, enfatizó que la presidenta no le había dejado argumentar su postura. «Esto resume un talante antidemocrático propio de países stanilistas. Lo que he cobrado hasta ahora estaba sujeto a la legalidad vigente y existen bastantes precedentes. No he malversado ni es fraude de ley». Aseguró no negarse a seguir cobrando kilometrajes. «Hay que aquilatar gastos, asumo que me toca a mí y pido a la presidenta que dé ejemplo». Dijo que él renunciaba a 400 euros al mes.