La Junta tutela a 270 menores en situación de desamparo
La Junta de Castilla y León tiene tutelados en León a 270 niños y niñas en situación de desamparo, 123 están en acogimiento residencial (44 en centros propios de la Junta y 79 en centros concertados). Once menores están a la espera de una familia que los acoja en su casa. Un juez ha decidido que no pueden ser adecuadamente atendidos por sus familias en sus propias casas y están capacitados para aceptar otros vínculos familiares, aunque sólo sea de manera provisional. Los responsables de los servicios sociales saben que las institucionalización de los niños y niñas no facilita su desarrollo personal y social por lo que orienta sus campañas de concienciación para que las familias acojan en sus casas provisionalmente a estos menores hasta que las familias están en condiciones de poder afrontar su cuidado. La primera opción para los servicios sociales son las familias extensas, es decir, la que tiene vínculos de sangre con el menor. La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, a través de los servicios sociales, ayuda económicamente para facilitar el acogimiento. Las familias reciben una media entre 11 y 14 euros al día para la manutención y gastos corrientes, además de otras aportaciones si el menor necesita cuidados especiales.
Prioridad a la acogida. El anteproyecto de Ley de Actualización de la Legislación en materia de infancia aprobada el 8 de julio por el Consejo de Ministros, considera prioritario que los menores que lleven seis años de desamparo salgan de las instituciones para permanecer en familias.
Pero no todo son historias con final feliz. Las dificultades sociales con las que cargan muchos menores, que permanecen años institucionalizados, complican a veces la convivencia con las familias de acogida, cuanto mayor es la edad del menor. Según datos de Cruz Roja, organización que gestiona los acogimientos infantiles, en el 2010 fueron devueltos cuatro niños a las residencias tras fracasar la convivencia. Y eso pese a que las familias interesadas reciben una preparación previa y un análisis detallado. No todas están preparadas para el acogimiento, aunque tengan voluntad. Tiene que ser capaces de dar cariño y preparadas para el desapego.