Llegan las prisas por gastar

Comenzaron por fin las rebajas, y el ánimo comprador pareció desatarse en algunos comercios. Aunque muchos establecimientos habían iniciado los descuentos hace semanas, las mayores aglomeraciones se produjeron en las cadenas de moda a precios más asequibles, que hasta ayer no rebajaron sus artículos.

Larguísimas colas en estos establecimientos, tanto en las calles céntricas como en los centros comerciales; y muchos curiosos pero menos ímpetu comprador en las tiendas tradicionales, que también abrieron ayer con la esperanza de animar a los clientes con los descuentos.

Estas rebajas, de las que en estos primeros momentos se beneficia sobre todo el sector textil y de calzado, llegan de la mano de anuncios y carteles de descuentos de hasta el 70%, aunque en la mayoría de los casos la reducción de precio oscilaba realmente entre el 30 y el 50%. Sensible diferencia, en cualquier caso, con los precios iniciales. De hecho, al margen de la apatía general del consumo, es cierto (lo reconocen los propios comerciantes) que con crisis o sin ella cada vez más compradores se reservan para renovar armarios y complementos en la época de rebajas, porque los descuentos en los últimos años han sido muy importantes casi desde el primer momento. 40.000 personas fueron ayer a El Corte Inglés en el primer día de las rebajas. El caso es que entre comentarios de «estamos locos, parece que lo regalan»; y la desesperación de agobiadas dependientas que no eran capaces de ordenar a la misma velocidad con la que decenas de manos tiraban de mangas y solapas, el primer día de las rebajas cumplió las expectativas de los comerciantes, al menos en cuanto a afluencia de público y ánimo comprador.

En muchos casos, no hubo ni pruebas: la posibilidad de recuperar el dinero invertido a través de las devoluciones llevó a muchos a no perder tiempo en probaturas. Ahora es el momento de comprar, luego ya se verá qué hacer con ello.