Las víctimas de la presunta estafa de María Consolación recopilan pruebas
Hay mensajes a teléfonos móviles, justificantes de pago y correos electrónicos.
Al menos una veintena de víctimas de la presunta estafa de la que se acusa a María Consolación Suárez, la empleada a la que Caja España-Duero despidió el pasado lunes acusada de vender fondos de inversión inexistentes, han iniciado la fase de recopilación de pruebas de cara a una hipotética actuación judicial, para tratar de recuperar su dinero.
Mayoritariamente, se trata de mensajes de telefonía móvil (SMS), justificantes de pago que en unos casos pueden ser considerados como recibos, por contener un sello de Caja España, y que en otros simplemente son documentos de carácter privado así como algunos correos electrónicos, de los que se están guardando las copias correspondientes para poder contra con las garantías suficientes que puedan probar la existencia de la presunta estafa.
Caja España-Duero calcula que el valor de la supuesta estafa se eleva a no menos de dos millones de euros pero a tenor de los cálculos que las propias víctimas han ido realizando de forma privada al aparecer nuevos casos de personas que reconocen haber invertido en los productos inexistentes de la Caja, el montante definitivo podría ser muy superior aunque ciertamente a estas alturas del caso, todavía quedan muchas incógnitas por despejar.
Por de pronto, lo que sí parece claro es que las primeras operaciones se llevaron a cabo en el año 2002, bastante antes de las fechas con las que se había especulado ultimamente y que durante esta década las actividades han ido aumentando de forma notable hasta llegar a un punto en el que la pirámide se hizo insostenible.
Caja España y Duero despidió a la supuesta autora de los hechos por el grave deterioro de imagen que el caso supone para la Caja y ha iniciado las acciones correspondientes para denunciar el caso.