Los vecinos se niegan a que se puedan abrir más bares en el casco histórico
Se oponen a la petición de los hosteleros y piden que se cumpla la normativa.
Lejos de abordar la flexibilización que reclaman los hosteleros en la normativa de la Zona Acústicamente Saturada (ZAS), que abarca 35 calles del casco histórico, los más de 2.800 vecinos afectados defienden la normativa como «un logro» que no puede volverse atrás. Una declaración, que entró en vigor el 28 de noviembre del 2007, que prohíbe la apertura de nuevos establecimientos y la ampliación de los existentes en el entorno delimitado, además de que establece una serie de requisitos que se deben cumplir para garantizar un adecuado nivel de ruido en horario nocturno. «Lo que debe hacer el Ayuntamiento es que se cumpla la normativa porque hay establecimientos, sobre todo los de copas, que se saltan las normas: mantienen las puertas abiertas, ponen las terrazas donde quieren y no tiene la insonorización suficiente», advierte la portavoz de la asociación Barrio del Mercado, Ángeles González Espadas. «El mayor problema es la falta de respeto a quien descansa», secunda el presidente de León Típico, Alejandro García, quien recuerda que «lo primero es hacer la nueva medición de los niveles sonoros en la zona que sigue estando saturada».
La postura unánime de los vecinos se anticipa a la petición que los hosteleros pretenden plantear al Ayuntamiento para que se puedan ampliar negocios, sobre todo, pero también para que se valore la posibilidad de abrir otros nuevos, según adelantó el presidente de la asociación provincial de hosteleros, Pedro Llamas. Iniciativa que se plantea como complemento a la liberalización que aprobará la Junta para eliminar la limitación de abrir negocios de hostelería a menos de 25 metros de otros; una enmienda a la actual ley que no se puede extender a la ZAS sin una modificación municipal de la ordenanza.
Los vecinos insisten en que existe «una masificación en la zona» que podría agravarse, si se da carta blanca para la apertura de establecimientos o la ampliación de los existentes, con el consiguiente aumento del nivel de ruido. «Nosotros lo que le pedimos al Ayuntamiento es que la Policía Local esté más encima de los locales para que cumplan con los horarios de cierre y no sobrepasen los niveles de ruido», señaló Alejandro García, quien además reclamó que «haya reuniones periódicas de la mesa del ruido».