Ocho médicos leoneses recurren al programa Paime que trata adicciones
Las patologías más comunes obedecen a trastornos ansioso-depresivos y drogas.
El programa ayuda al médico a superar sus adicciones de manera anónima.
Uno de cada diez médicos puede sufrir a lo largo de su vida laboral un trastorno mental o una adicción a las drogas o alcohol. Con el objetivo de evitar una mala práctica profesional, causada por este tipo de enfermedades, nació hace cinco años el programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime) que atendió en el 2011 a 36 doctores de la Comunidad, ocho de ellos de León.
La media de casos nuevos por año ronda los quince y, en 2011, por primera vez, se registró mayor demanda de mujeres (58,2%) que de hombres. La media de edad de los pacientes que solicitaron este servicio es de 49,6 años y los síndromes más comunes: las adicciones y los trastornos ansioso-depresivos.
A pesar del anonimato que garantiza el programa, pocos facultativos solicitan ayuda. «Somos 12.000 médicos en la Comunidad y el porcentaje que recurre al Paime es inferior al de pacientes con iguales patologías que atiende Sacyl», explicó el presidente del Colegio de Médicos de León, José Luis Díaz Villarig.
La puerta de entrada
La puerta de entrada a este programa es un número de teléfono que recibe entre 80 y 90 llamadas anuales. «Casi siempre recurren familiares, amigos o compañeros, porque el enfermo no suele ser consciente de su patología ni aun siendo médico», explica el coordinador de Paime en Castilla y León, Juan José Aliende.
Una vez recibido el aviso, los psiquiatras del programa se ponen en contacto con el enfermo y le ofrecen un tratamiento «específico, especializado y confidencial».
Castilla y León cuenta con cuatro puntos de asistencia ambulatoria, en León, Burgos, Valladolid y Salamanca, así como con una Unidad de Internamiento en la Fundación Galatea (Barcelona), donde el año pasado permanecieron ingresados cuatro médicos de la Comunidad. «El anonimato es muy importante, por eso damos la oportunidad de que puedan acudir a otras ciudades donde no desarrollan su labor profesional.
No es bueno que estén en contacto con paciente que luego van a atender en sus consultas», explicó el doctor Villarig, quien añadió: «Aunque lo principal es que los médicos ejerzan su profesión en unas condiciones óptimas, porque tiene una responsabilidad».
El año pasado se sumaron 17 casos nuevos a los 36 pacientes que continúan en tratamiento en el programa. El presupuesto ascendió a 62.723 euros.