«Mira, déjalo ya, te voy a decir la verdad: tu niña fue adoptada»

Raquel fue entregada a sus padres adoptivos a los 22 días de nacer. En la carta abierta que ha difundido por Internet confirma que su adopción fue tan turbia como siempre ha pensado. Su madre tenía 15 años cuando dio a luz. Parió a una niña, pero nunca la vio. «Antes de la cesárea dijo que me quería ver, pero después le contestaron que no podía ser. Cuando despertó le dijeron que había muerto. Mi madre llamaba a diario a la asistenta social que había estado con ella desde el quinto mes de embarazo y se carteó con ella veces y veces hasta que ésta le dijo: ‘Mira, déjalo ya. Te voy a decir la verdad. Tu niña está bien, fue adoptada, haz tu vida y olvídate de lo que pasó’». El contacto terminó en 1976, cuando Gregoria se casa.

Aunque ni la protagonista de la historia ni su representante legal quieren hacer declaración alguna, el hecho de que la madre biológica de Raquel no firmara un acta de renuncia ni exista tampoco un certificado de defunción, tal y como ella ha asegurado repetidamente, apuntan hacia una adopción irregular. Se da la circunstancia de que este caso formó parte de los primeros expedientes de niños robados que se pusieron en manos de la Fiscalía General del Estado a través de la entidad Anadir. Fuentes consultadas en la Fiscalía Superior de Asturias confirmaron que el caso de Raquel quedó archivado, tal y como ella misma había adelantado. La justificación es que los datos que obraban en su poder no eran coincidentes con los que figuraban en los archivos oficiales. Ahora que se conocen nuevos datos de esta adopción, Raquel ha desvelado que «casualmente» el dato que no coincidía era su peso, información que, al parecer, ahora sí coincide totalmente con el papel que un día le entregó su padre adoptivo, en el que consta su peso, talla y peso de la placenta, firmado por un pediatra de Oviedo y sellado por la Diputación Provincial de Oviedo. Con todos estos nuevos datos encima de la mesa, y pese a los reiterados intentos de este periódico de localizar a Raquel González Meana, queda en el aire si la afectada llegará hasta el final.