Los negocios forzados por el autoempleo contienen el desplome de las licencias
Las autorizaciones caen un 36,6%, aunque el pequeño comercio sostiene el descenso.
Los que entran por los que salen. Quienes tiran la toalla por la debacle del consumo por los que ven en un pequeño negocio la única salida a su forzada inactividad. Sobre todo, comercios de barrio; aunque con un llamativo incremento de los establecimientos de salud y belleza. En los últimos cinco años la crisis ha hecho caer las licencias por apertura de establecimientos que concede el Ayuntamiento de León un 36,6%. Un descenso que en el marco económico actual podría calificarse de contenido, si no fuera porque existen muchos matices: la mayor parte de las aperturas son alternativas forzadas al desempleo. Un último cartucho de quienes apuestan toda su prestación por paro a un negocio propio.
Poco que ver con el espíritu emprendedor. A cambio, la ciudad ve desaparecer día a día negocios consolidados y pequeñas (o no tan pequeñas) empresas familiares que se dan por vencidas. El nuevo tejido microempresarial asienta sus bases hoy sobre un terreno más inestable que nunca.
El Ayuntamiento de León tramitó el año pasado 567 licencias relacionadas con la apartura de establecimientos, que incluyen desde los comercios a los despachos y oficinas profesionales. Son un 36,6% menos que las 895 que tramitó por los mismos conceptos en el 2007, antes del estalllido de la crisis.
El descenso en las distintas modalidades de licencias tramitadas (de apertura, ambientales y transmisiones) ha sido constante desde entonces, y aunque la desaparición de actividades económicas de este tipo es una evidencia palpable en los locales vacíos o en liquidación en las calles de la ciudad, el descalabro en las solicitudes es mucho menor que el que cabría suponer.
Y ello a pesar de que las trabas administrativas siguen siendo uno de los principales frenos a la actividad emprendedora. Freno al que la nueva Ley del Emprendedor que prepara el Gobierno, junto con otras iniciativas de la Junta de Castilla y León y de ayuntamientos como el de Ponferrada, tratan de eliminar con una nueva normativa que permitirá abrir el negocio en un plazo de diez días, para seguir luego la tramitación burocrática de los permisos.
La mayor parte de los nuevos emprendedores optan por el comercio a la hora de iniciar la aventura por su cuenta, un 46,5% del total de las licencias que tramitó el Ayuntamiento de la capital. De ellos, los pequeños comercios de barrio, muchos relacionados con la alimentación, suman el grueso de las iniciativas.
Los negocios relacionados con el bienestar y el cuidado personal ganan terreno con fuerza.