Los oficialistas toman ventaja en la pugna por el control del PSOE

Que el PSOE de León estaba partido por la mitad se intuía por los movimientos y oscilaciones políticas de sus familias, líderes y cargos orgánicos; ahora es un hecho palpable, según se observa en el acopio de apoyos que se han procurado oficialistas y críticos en la carrera para la lección del próximo secretario provincial socialista. La prueba que evidencia la bipartición del Partido Socialista de León parte de las asambleas de las agrupaciones locales, que han marcado la acreditación de 120 delegados al congreso que decidirá la renovación orgánica de la formación el próximo 27 de mayo. Divididos por un abismo, que deja al sector oficial, —que cuenta con el tutelaje de Óscar López, la planta noble de Ferraz y Gobelas, parte de la ejecutiva saliente de los socialistas leoneses y hasta de buena parte de la dirección autonómica del PSOE— con una ventaja de siete delegados sobre el elenco de afines que han podido lograr los críticos en esta fase asamblearia para la elección de compromisarios. Las cuentas de unos y otros, de los que sostienen la candidatura de Celestino Rodríguez y de quienes alimentan la de Francisco Álvarez, es que la línea continuista dispone hoy de la fidelidad de voto de 58 delegados acreditados ya por sus agrupaciones locales para el congreso; y que los críticos han podido sumar 51 apoyos en ese pulso determinante de la consulta a las bases, donde dicen los socialistas que reside la esencia de ese partido. Las bases también han puesto tilde de libres a 11 delegados, que llegarán al 27-M del socialismo leonés libres de ataduras a uno u otro candidato a secretario provincial del PSOE. Once votos que ahora cortejarán los aspirantes y sus séquito. A Eduardo Morán, ex diputado y ex concejal de Camponaraya le asignan un control absolutos sobre cuatro de esos no alineados. En esta situación de apuro, el precio del voto de la ex diputada Ferreras sube como la espuma.