La apuesta por tratamientos pioneros evita la ceguera a 400 leoneses al año
El Hospital duplica desde el 2007 la administración de anticuerpos monoclonales.
Cuatrocientos leoneses evitaron quedarse ciegos el año pasado gracias a las inyecciones oculares con anticuerpos monoclonales, tratamiento que el servicio de Oftalmología del Hospital de León inició en el 2007 para los pacientes con degeneración macular senil. Los destinatarios de este tratamiento se han duplicado en cuatro años por el envejecimiento de la población.
El jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital de León, Manuel Franco Benito, asegura que la degeneración macular tiene más incidencia en León que en otras provincias debido al envejecimiento. Si no se trata a tiempo, la enfermedad puede dejar ciego al paciente. «Un 18% de las personas que viven en León tienen más de 70 años y de ésos, el 30% tiene dañada la mácula, lo que significa que 30.000 personas tienen un problema de visión relacionado con el deterioro de la retina por culpa del envejecimiento».
Los pacientes destinatarios de este nuevo tratamiento, aprobado en el año 2007, son los que padecen una degeneración hemorrágica, es decir, el 15% de las afectaciones graves de la mácula. Otro 85% se deben a una degeneración atrófica. «La nueva medicación es un anticuerpo monoclonal que se inyecta en el ojo, frena la progresión de la enfermedad y recupera la visión». Los 400 pacientes tratados el año pasado recibieron 1.100 inyecciones para frenar la ceguera.
Además de la degeneración macular, la medicación es efectiva en las trombosis venosas de la retina, edema macular del diabético y algunas inflamaciones como la uveítis.
El envejecimiento de la población duplicará el número de tratamientos dentro de ocho años. La degeneración macular no se puede prevenir y está asociada a factores genéticos y la edad, aunque el diagnóstico precoz permite un mejor diagnóstico. Los factores ambientales como el consumo del tabaco favorecen su aparición.
Alto coste
El tratamiento de cada paciente con anticuerpos monoclonales cuesta 3.000 euros anuales. Cada enfermo necesita tres inyecciones en los cuatro primeros meses de tratamiento. Las posteriores dependen de la evolución del paciente, «en un 80% de los casos mejora y se estabiliza la visión». La enfermedad afecta a más a las mujeres, «porque la esperanza de vida es superior».
Franco Benito asegura que «nadie discute la eficacia de este tratamiento y evita que las personas se queden ciegas». Los tratamientos se aplican en los quirófanos de las consultas externas, «lo que nos libera el quirófano para poder hacer 600 cataratas más al año».