Diario de León

Nacido con don para los negocios

La viuda de Antonio Vázquez Cardeñosa recoge la Medalla de Oro de la Provincia que la Diputación concedió al empresario a título póstumo por su compromiso con León.

La viuda, Carmen Muñoz-Calero, recoge el reconocimiento de manos de Carrasco en presencia de uno de los hijos, Armando.

La viuda, Carmen Muñoz-Calero, recoge el reconocimiento de manos de Carrasco en presencia de uno de los hijos, Armando.

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a. g. puente | león
León

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«Antonio quiso devolver a León, en desarrollo empresarial, en creación de riqueza y en empleo, lo que en su vivencia personal, León le había dado. Y luchó por ello, por León y por su provincia». La viuda del empresario Antonio Vázquez Cardeñosa, Carmen Muñoz-Calero, emocionó con sus palabras el recuerdo de su marido, que ayer recibió a título póstumo la Medalla de Oro de la Provincia.

El Palacio de los Guzmanes acogió la ceremonia de entrega de este reconocimiento en un pleno extraordinario, en el que la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, esbozó la dilata y exitosa carrera empresarial del homenajeado. Rememoró sus comienzos en la empresa familiar Motores Piva, su inmersión en el mundo de la automoción con los concesionarios, el sector hotelero, la promoción inmobiliaria y los medios de comunicación, adquirió Diario de León en 1989 y fue su presidente entre 1997 y el 2003. También evocó su última aventura empresarial en el negocio vitivinícola.

Un reconocimiento recogido ayer por su viuda, en presencia de tres de sus cuatro hijos y de los padres del fallecido, además de numerosas autoridades y amigos, que la Diputación le otorga por «su compromiso con el progreso económico, social y cultura de esta tierra».

«Un industrial que se caracterizó siempre por querer y generar riqueza en León, creía en las posibilidades económicas de la provincia», enfatizó Carrasco.

«Quienes le conocimos, creemo que tenía un don para los negocios, era un empresario de acción», prosiguió la presidenta.

Su viuda recogió emocionada el reconocimiento a su marido y entregó a su suegra, en presencia del patriarca de la saga, un ramo de flores con un sentido abrazo, aplaudido por todos los presentes.

En sus palabras, Carmen Muñoz-Calero agradeció la Medalla. «Antonio encerraba, en sí mismo, un compendio de amor y pasión por su familia, por sus empresas y su tierra. Era un leonés empresario, pero, aún más, un empesario leonés».

«A él le hubiera llenado de orgullo haber recibido en primera persona esta Medalla...»

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