«Volveríamos a hacerlo mil veces, cuando ves algo así no lo piensas»

César, Alberto y Rafael llevan ya «una temporadita» trabajando en Abismo, la empresa de trabajos verticales para la que estaban realizando trabajos de reparación en el tejado del número 1 de la Avenida de San Mamés, cuando se dieron cuenta de que en la terraza superior del número 3 salía un humo «muy fuerte».

«Eran las 13,54. Lo sé porque la llamada al 112 la tengo registrada todavía en el móvil» explica César. «Vimos que de repente empezaba a salir un humo muy negro de la terraza de al lado y en un principio no sabíamos bien qué es lo que pasaba. Luego ya vimos la uralita, la movida de la ropa y la paisana que estaba clavada en el mismo sitio, que no sabía salir de allí».

«No reaccionaba»

«Empezamos a gritarle», asegura Alberto «pero nos dimos cuenta enseguida de que no íbamos a ser capaces de hacer nada. El cuerpo humano es así y cuando te clavas de esa manera, no reaccionas por mucho que te digan. Es normal, son cosas que pasan».

Rafael no le resta importancia a la actuación meritoria del trío, pero tampoco parece muy dado a las medallas: «Lo volvería a hacer una vez y mil veces más», explica mientras los tres se toman una cerveza en el bar ubicado justamente frente a la vivienda incendiada. «Sabes que te la estás jugando, pero en ese momento no piensas en nada y tiras para allá. Ya sabemos que es peligroso, pero nosotros estamos acostumbrados a trabajos de riesgo y la vida es así».

Finalizada la extinción del incendio, regresaron al punto en el que trabajaban y la mañana siguió al ritmo habitual. Con algo más de adrenalina, eso sí...