La eterna pugna de Cayón y Chamorro
Bastones, jardines, macetas o turismo han servido de excusa para enfrentarse.
El enfrentamiento viene de atrás. No empezó en este mandato. Ni siquiera en el anterior. La pugna se remonta a los tiempos en los que Julio Cayón ejercía como columnista y hacía diana en Javier Chamorro. Un tiempo en el que el ahora concejal del PP coincide que era afiliado de la UPL desde 1991, con el número 773, a lo que renunció mediante un burofax antes de entrar en la lista del PP con la que Amilivia se quedó en la oposición. Entonces, la pugna pasó al salón de Plenos, donde el líder leonesista no desaprovechó para encender el fuego y empezar a despachar facturas, con la inestimable colaboración del ahora edil de Obras, Limpieza, Parques y Jardines, que se crece en la pugna.
La subida de tono terminó en el Pleno del pasado martes con un duelo abierto en el que Cayón pulló a Chamorro en respuesta a una pregunta, que venía de la sesión ordinaria anterior, sobre el uso de los bastones de mando en las procesiones de Semana Santa por parte de todos los concejales del PP, sin necesidad de ser tenientes de alcalde, como marca el reglamento de honores y distinciones. «Los repartieron como piruletas», lanzó el leonesista, a lo que el edil del PP respondió con una foto del pasado mandato en la que se les veía a ambos, además de a otros dos concejales populares, con bastones en una procesión. «Usted lo que añora es el bastón, así que le voy a regalar uno», lanzó Cayón; un gesto que cortó el alcalde.
En la réplica, Chamorro no se quedó con las ganas e interpeló al alcalde. «¿Cree que un edil está para estas cosas, o para vestirse de moro o de cura en un entierro? ¿Cuándo va a dejar de hacer payasadas el señor Cayón?», atacó, en referencia a la participación del concejal del PP en Las Cantaderas y el cortejo de la sardina de Carnaval.
Ahora por los bastones de mando, el enfrentamiento tuvo sus primeros conatos con es estado de los parque y jardines de la ciudad, Cayón, en aquel tiempo en la oposición, cargó sobre el abandono de las zonas verdes. Chamorro aguantó temporal, críticas y acusaciones hasta que, con el cambio que impusieron las urnas se cambiaron los papeles: el edil del PP se hizo cargo de la concejalía y el leonesista cargó contra él por «tener los jardines igual que antes, que decía que estaban mal, pero con mucho personal concentrado en el centro para que se vea», y por quitar los macetones que puso la UPL.
Fuera de este terreno, el turismo también ha dado para la fricción, como cuando Chamorro criticó que con la disolución de la sociedad mixta la promoción de la ciudad en Intur quedaba en «la Vespa que llevó el señor Cayón».
No es el único chascarrillo. En otra sesión, después de que Cayón expusiera la defensa de la política turística, Chamorro contestó con un chiste: «Ese que entra en una tienda de fotos y le empieza a contar a la dependienta que nació en Sicilia, que tuvo una infancia dura, que logró salir adelante y, después de un rato, le corta la dependienta. ¿Y para qué me cuenta esto? A lo que contesta: yo vi un cartel fuera que decía entre y revele su rollo. Eso es lo que ha hecho usted».
Habrá más entregas. Quizá la próxima en el siguiente Pleno, en el que Cayón tiene por delante una pregunta que contestarle a Chamorro.