Más de 200 estudiantes acuden en julio a clases de Lengua y Matemáticas
Son más de doscientos los alumnos leoneses que se han matriculado para asistir a clases extraordinarias durante el mes de julio. Se trata de sesiones voluntarias y gratuitas que buscan que aquellos estudiantes que no superaron las materias de Lengua Castellana y/o Matemáticas durante el último curso escolar lo consigan en septiembre.
En la provincia son un total de siete los centros que ofrecen estas clases de refuerzo que se prolongarán hasta el próximo 31 de julio: el I.E.S Claudio Sánchez Albornoz, el Padre Isla y el San Juan de la Cruz en la capital; el I.E.S Astorga y el colegio Paula Montal en la capital maragata; el I.E.S Fernando Primero en Valencia de Don Juan y el Gil y Carrasco en Ponferrada.
Estas clases se enmarcan en el Plan para la Mejora del Éxito Educativo, impulsado desde la Junta de Castilla y León desde el curso 2007- 2008.
Dichas sesioneses consisten en la impartición de una hora de Lengua Castellana y Literatura, una hora de Matemáticas y dos horas de estudio de dichas materias.
Además, con esta iniciativa se pretende conseguir que los alumnos del último curso de la ESO que suspendieron la evaluación final de dichas asignaturas «puedan mejorar sus capacidades y sus resultados académicos» en la convocatoria extraordinaria del próximo mes de septiembre, según informaron desde la Junta.
En otro aspecto, aunque también dentro del ámbito educativo, el sindicato SteCyl de la Comunidad alertó ayer de que la Orden de medidas urgentes de racionalización del gasto educativo, publicada el pasado lunes en el Bocyl, que modifica las ratios de alumnado por aula podría hacer desaparecer el próximo curso «entre 600 y 700» grupos educativos dentro de Castilla y León, la mayoría del ámbito rural, lo que conllevaría además que «entre 800 y mil profesores» se quedaran sin trabajo.
El portavoz del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la Comunidad, Pedro Escolar, aseguró que a esto se sumaría la desaparición de otros 300 puestos por la ampliación de la jornada laboral del personal docente hasta las 37,5 horas semanales, con lo que habría «unos 1.200 profesores» menos.