Empeñar como préstamo rápido
En los últimos tres años acudieron un 40% más de prestatarios al Monte de Piedad, donde un 94% de solicitantes rescata después sus piezas hipotecadas.
Considerado durante muchos años como «el préstamo de la vergüenza», el empeño de oro y joyas en el Monte de Piedad es hoy un «refugio seguro» al que en los últimos tres años ha acudido un cuarenta por ciento más de prestatarios para hacerse con el crédito «más rápido del sistema financiero».
Funciona con el depósito de piezas de valor que, tras ser tasadas, facilitan una suma en metálico y permiten la recuperación de las mismas al cabo de un año, sin que sea necesario presentar «la declaración de la renta, las nóminas o la firma del cónyuge», explicó el director del Monte de Piedad de la entidad Caja España-Duero, Miguel Ángel Álvarez.
El contexto de crisis actual es uno de los condicionantes que ha favorecido la proliferación de locales de compraventa de oro en las ciudades, que han supuesto una competencia directa a los Montes de Piedad, pero estos últimos también han sumado clientes que han demandado un volumen de 12 millones de euros a través de 15.000 operaciones realizadas en el último año.
«No son cuatro amigos que pasan por allí a empeñar sus joyas», destacó el director, quien subrayó que las cifras de operaciones y de clientes que manejan en la entidad «son muy significativas».
Además, la diferencia con un compraventa particular de oro es que en el Monte de Piedad, el cliente puede recuperar las joyas empeñadas y, de hecho, entre un 93 y un 94 por ciento de los solicitantes del préstamo rescata sus piezas hipotecadas, que en algunos casos son valiosos objetos de «una antigüedad importante» o piedras preciosas.
En los últimos años, los tipos de clientes que acuden al Monte de Piedad son amas de casa, jubilados, estudiantes y pequeños y grandes empresarios que buscan «dinero rápido», «un colectivo significativo» en virtud del número de operaciones que se conceden anualmente, detalló Álvarez.
Entre los bienes más comunes que suelen hipotecar los clientes, el director financiero ha numerado anillos, pulseras y cadenas de oro y plata, que son bienes «más frecuentes de encontrar» en los hogares de familias trabajadoras.