Los comerciantes rechazan crear una zona con libertad de horarios
En León los comercios de menos de 300 metros ya tienen flexibilidad de apertura.
Los comercientes de León se reunieron ayer para votar la solicitud de definir un área turística sin limitación horaria. El Consejo votó en contra de esta liberalización del horario.
Una votación unánime y tajante de todos los miembros del Consejo de Comercio, formado por la Asociación Leonesa de Comerciantes (Aleco), la Cámara de Comercio y León Gótico. El consejo estuvo presidido por la concejala de Consumo y Comercio María José Álvarez Casais.
La votación dejó patente como única voz, la posición del comercio local que, sin ningún tipo de duda, dicen de esta liberalización del horario, que «todo son prejuicios para ellos», mostrando un rechazo frontal a las líneas de actuación del Gobierno, que aboga por una flexibilidad total para los comercios.
El consejo se niega así a definir un área turística sin limitación horaria. Una medida que dicta que los establecimientos de menos de 300 metros tendrán libertad de elección en la apertura. Por el momento son 11 las ciudades obligadas a cumplirlas, el resto pueden solicitar entrar en esta medida. León por el momento no ha realizado ningún trámite al respecto.
Los comerciantes aseguran que la medida «no supone ninguna novedad», ya que en Castilla y León todos los comercios con menos de 300 metros cuadrados de superficie de venta pueden abrir cuando lo deseen.
Para el pequeño comercio y de proximidad está nueva liberalización no supondrá nuevos beneficios sino más gastos. «Esta no es la guerra del pequeño y mediano comercio, sí que le puede venir bien a las cadenas, franquicias o grandes almacenes, pero a nosotros, no», apuntaron ya con anterioridad desde el consejo.
Para los representantes de los comercientes leoneses «la oferta que hay es suficiente», quienes se han mostrado conformes con los 8 días festivos marcados anteriormente, que sin embargo, según establece el nuevo decreto, las comunidades deberán aumentar a 10 los domingos y festivos en los que se puede abrir.
Se suman así a los representantes del sector que también se oponen a esta medida. Según aseguran «no está demostrando que aumente las ventas, pero por lo que sí provoca de antemano es la difícil conciliación entre la vida laboral y familiar».
Según apuntan generará también importantes diferencias entre comerciantes así como un fuerte aumento de los gastos generales.