Aquella primera línea de ferrocarril transversal de España que nació en León
El tren de La Robla, como se conoce el trayecto de vía estrecha entre León y Bilbao, ha conocido muchos avatares en más de un siglo de vida, pero puede que esté ante el embate definitivo. En este caso, a la crisis se une una baja ocupación que se mantiene desde hace años. Y es que siete horas y media de viaje entre ambas capitales son muchas horas en los tiempos de hoy.
Lejos, muy lejos, queda ya el verano de 1894, cuando se abrió aquella primera línea transversal de España para llevar el carbón leonés hasta los altos hornos de Vizcaya.
Aquella aventura empresarial, de capital vasco sobre todo -como buena parte de la minería leonesa-, contó con un presupuesto de 16 millones de pesetas. Toda una obra de ingeniería que fue también un tren de progreso para las cuencas mineras de Sabero o Palencia.
Y así, el 11 de agosto de 1894 partió un tren de Vizcaya y otro de León para inaugurar a medio camino aquel sueño hecho realidad que vio como después al transporte del carbón sumaba el de viajeros.
Muchos han sido los episodios en más de un siglo. Durante la Guerra Civil la línea fue objetivo de ambos bandos en su lucha por hacerse con el control de las infraestructuras ferroviarias.
El tren de León a Bilbao fue también el medio de transporte para muchos leoneses que partieron hacia la emigración.
Y también vivió algunos de sus mejores momentos en cuanto a transporte de carbón. En los años 50 del siglo pasado se alcanzó la cifra record de 900.000 toneladas de mineral transportados al País Vasco, prueba del auge del ‘oro negro’.
En los años 90, también del siglo pasado, la espada de Damocles amenazó el futuro del ferrocarril de viajeros entre León y Bilbao, que se salvó gracias a una subvención de la Junta de Castilla y León. Para muchos pueblos de su recorrido, el tren de La Robla es mucho más que un tren. Pero las razones sociales del mundo rural apenas pesan en tiempos de crisis.