EL AYUNTAMIENTO TRAS LAS LLAMAS | LAS HERIDAS DEL FUEGO
Apocalipsis en la cuarta
El interior de la sede del Ayuntamiento presenta un estado desolador como herencia del incendio que lo devastó.
El olor a hollín se apelotona por las escaleras con balaustres ennegrecidos, testigos del siniestro que detuvo el tiempo en León diez días antes. Aunque hasta que no se pisa la cuarta, el piso cuatro, la magnitud del suceso no parece catástrofe. La planta cuarta, a donde se fugó el fuego que arrancó en la inmediata, por los falsos techos, saltaron las llamas y se hizo la apocalipsis. La planta cuarta de la sede municipal de Ordoño II es el principio y el fin; el inicio del arreglo que se prevé difícil, porque se desmontará la estructura desde ese punto, y el final del trayecto del Ayuntamiento de León que conocimos. «No hay nada bien», resumió la concejala de Urbanismo, Belén Martín Granizo, que ayer hizo de anfitriona de una visita guiada para la prensa. Se mostró el Ayuntamiento en ruinas, de la cuarta hacia arriba, con despachos arrugados por el fuego, espacios perdidos, y una capa de alquitrán sobre cualquier pertenencia que quedó en pie.
En el ajetreo de la rehabilitación operarios con mascarillas, concejales, técnicos municipales y el alcalde de León, apesadumbrado aún, que sorteó carros de limpieza en la segunda planta para agradecer a los empleados el trabajo que devolverá a la normalidad.