Garrafas a otra parte
El caño del Espolón sigue cerrado «por precaución» y por la baja capa freática.
Desde los primeros abastecimientos de agua hasta hoy son muchos los parámetros de calidad que se han incluido para cumplir con las exigencias de salubridad. Por este motivo, el caño de la Plaza del Espolón ha dejado de contemplar las colas de vecinos que hasta él se acercaban con sus garrafas a la espera de turno para poder disfrutar del único pozo de abastecimiento público que se conserva en la ciudad.
El sellado del caño se produjo hace dos meses tras los resultados de unos análisis en los que la calidad del agua no guardaba los parámetros exigidos. El corte, que se produce en varias épocas del año, se lleva a cabo cuando desciende el nivel freático y se añaden impurezas en el pozo natural. En esta ocasión el cierre se prolonga de manera preventiva con motivo de las obras de Feve, según ha explicado, el responsable de Aguas, José María López Benito, en las que se producen numerosos movimientos subterráneos que alteran dicho nivel freático.
El Espolón por tanto volverá a llevar agua a la mesa cuando garantice los niveles de calidad, revisados semanalmente mediante analíticas.
El abastecimiento de agua fue uno de los principales quebraderos de cabeza de los ayuntamientos hasta finalizado, prácticamente, el siglo XIX. Sin embargo, el cambio sobresaliente respecto al abastecimiento de aguas en la ciudad se produce en enero de 1922, cuando las obras de la traída son declaradas como un servicio de utilidad pública, atestiguando la importancia del agua en la vida diaria de la ciudad.
Es en el año 1924 cuando se inaugura la traída finalmente en León, que dependía en exclusiva de las aportaciones del río Torío. Cambios de la mano del espectacular crecimiento demográfico que vivía la ciudad, que en los años 20 contaba con más de 21.000 habitantes.
Hoy parece inconcebible la falta de agua, y su adecuado abastecimiento en la vida diaria, desde el gesto temprano del cepillo de dientes hasta el último vaso de agua antes de acostarse.
Las fuentes que facilitan un generoso caudal, de gran potabilidad, son muy valoradas y frecuentadas por infinidad de familias que recurren al caño artesiano para proveer de agua la mesa.