Antonio Carrasco: «Sólo podemos recortar ya en luz y en calefacción»
Antonio Carrasco, presidente del Colegio de Farmacéuticos de León, considera que el único margen de maniobra que les queda a los propietarios de las farmacias de la provincia es «apretarse el cinturón en el gasto corriente y esperar a que pase este temporal, porque ahora mismo la situación es muy grave».
Carrasco, propietario de un establecimiento en Benavides de Órbigo, cree que no habrá más opción que reducir las facturas en luz, agua corriente y calefacción «porque lo siguiente sería tocar los puestos de trabajo y eso ya sería lo último». El presidente piensa que la propia estructura del sistema de farmacias complica la situación. «Hay unas 200 farmacias en toda la provincia y fundamentalmente en las zonas de pueblos pequeños, nueve de cada diez euros que se ingresan dependen del Sistema Nacional de Salud y de los ingresos de la Seguridad Social».
Las soluciones parecen complicadas pero la capacidad de maniobra es mínima: «Yo tengo 47 años y ahora mismo, la posibilidad de cerrar la farmacia y marcharme de aquí implica mover también a mi mujer y a mis hijas. Creo que como yo están prácticamente la mayoría del resto de mis compañeros y a estas alturas de la vida ya no podemos pensar en irnos a otra parte, pero subsistir aquí va a ser muy duro en estas condiciones».
Durísima supervivencia
«La supervivencia en el 2013 va a ser extremadamente difícil para los farmacéuticos», explicó Fernando García, miembro del colegio. La situación es muy complicada y las medidas del gobierno tendrán incidencia directa sobre las farmacias. Pero también van a tenerla sobre los distribuidores, sobre los laboratorios... Es el sector entero el que se ve amenazado por estas medidas», manifestó a este periódico.
El presidente del colegio autonómico es más directo en sus apreciaciones de cara al futuro a corto plazo para los establecimientos del sector: «La farmacia tiene una misión fundamental como establecimiento sanitario privado de interés público. Siguiendo las líneas en las que han trabajado todos los gobiernos, tenemos que adecuar la prestación farmacéutica a los niveles de prestación de los ciudadanos. Hay que acompasar el número de las farmacias en función de la población», explicó Jesús Aguilar.