Diario de León

ENTRA EN VIGOR LA NUEVA CARGA IMPOSITIVA | LOS PRIMEROS INCREMENTOS DE PRECIOS

El primer día del resto de nuestro IVA

El peaje de la AP-71 para ir de León a Villadangos cuesta desde ayer 1,35 euros, 5 céntimos más que el viernes.

El peaje de la AP-71 para ir de León a Villadangos cuesta desde ayer 1,35 euros, 5 céntimos más que el viernes.

León

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Quizá todavía no lo haya notado en sus compras de primeros de septiembre, pero los expertos coinciden: el incremento impositivo irá repercutiéndose de forma progresiva en los precios. Incluso en los que basan su publicidad esos días en poner freno al afán recaudatorio del Gobierno para buscar salidas al déficit público: algunas organizaciones de consumidores (como Facua) ya han pedido inspecciones porque aseguran que algunos precios se han ido incrementando en agosto para mantenerlos en septiembre. Serán unos céntimos aquí, unos euros allá, un buen pellizco en algunos tipos de gastos,... casi 300 euros de media anual para una pareja, unos 500 para una familia con dos hijos.

El IVA, el impuesto que grava el consumo y afecta ineludiblemente a todos los ciudadanos, inició ayer su nueva vida a un tipo del 21% (frente a 18% anterior); con el reducido al 10% (frente al 8% anterior) y el superreducido mantenido en el 4%. Una de las medidas más impopulares pero que desde el equipo de Mariano Rajoy se defiende como absolutamente necesaria para salvar los muebles de la economía patria. En la calle los consumidores leoneses hicieron sus compras de fin de semana sin notar grandes diferencias en el comercio y la restauración. Otros incrementos (gasolinas, peajes o cines) mostraron en cambio su cara claramente.

Pese a las advertencias del sector empresarial de caída del consumo, incremento de la inflación y repercusiones negativas en el empleo, el Gobierno ha enviado estos cálculos a Bruselas: ingresará con el nuevo gravamen 2.300 millones en los cuatro últimos meses de este año, algo más de 10.000 millones en el 2013 y casi 9.700 en el 2014. Dineros que saldrán, euro a euro, de los depauperados bolsillos de los españoles. Un dato a tener en cuenta: si la galopante y tradicional economía sumergida nacional abonase su IVA correspondiente, el Estado ingresaría 38.000 millones de euros más al año. Acabar con el fraude sería mucho más lucrativo para las arcas públicas que sangrar aún más los exprimidos bolsillos de los consumidores. Pero eso es otro tema.

El caso es que ayer los leoneses se acercaron a los comercios con dos objetivos: el avituallamiento del fin de semana, y el último intento de búsqueda de ganga en el final (ahora sí) de las rebajas. Ahí es difícil notar si se repercuten o no unos céntimos. No lo notarán ayer y hoy, pero a partir de mañana otros muchos servicios que requieran factura (abogados, notarios, reparaciones, asesores,...) reflejarán el nuevo tipo impositivo. También pueden hacerlo ya los servicios de cuidados personales. Las peluquerías y centros de estética hicieron ayer sus trabajos sin cambios perceptibles en sus tarifas. La gente, asgura, recorta primero de estos gastos que parecen más prescindibles, así que los negocios no quieren tentar la suerte y prefieren asumir una pérdida a perder un cliente más.

En la misma situación se encuentran los gimnasios. A la vuelta de vacaciones y el inicio del curso, el momento en el que la mayor parte de los ciudadanos hace propósitos de nuevos hábitos y mejora de salud e imagen, la mayor parte de los establecimientos de la capital intentan captar clientela suprimiendo gastos de matrícula y ciñéndose a cuotas mensuales que aseguran están muy ajustadas. Intentan captar nuevos adeptos con ofertas y rebajas para quien traiga un nuevo cliente, pero aseguran que el adelgazamiento de sus márgenes y la caída de ingresos general de los ciudadanos les convierte en uno de los sectores más perjudicados.

Los ciudadanos que ayer por la tarde optaron por el cine sí tuvieron que aceptar el incremento anunciado: en el Cinebox las entradas para una película normal costaban ya 7,40 euros y las de 3 dimensiones 9,40 euros. El incremento del IVA, del 8 al 21%, supone un encarecimiento de 0,8 céntimos sobre los 6,6 euros que costaba hasta el viernes una película, el redondeo se ha hecho a la baja, son cinco céntimos menos de los 0,85 que supone ese 13% más de impuesto.

De viaje

Si el ciudadano en cuestión optó por pasar el fin de semana fuera, y para ello utilizó el transporte público, también le costó más salir el sábado que si lo hubiera hecho el viernes. Un billete en el autobús de Alsa entre León y Madrid, ida y vuelta, costaba ayer 45,74 euros en un coche normal, 59,48 en el Supra Economy y 76,03 euros en el Supa+. En el caso del coche normal, son 0,83 euros más que los 44.91 euros que costaba hasta el viernes; y en el del vehículo más caro, 1,38 euros más.

Si optó por el tren, el Alvia entre León y Madrid ida y vuelta cuesta ahora 45,3 euros, 0,9 euros más que hasta el viernes, cuando costaba 44,4 euros. Es el incremento aprobado en su IVA.

En el caso de que el traslado se haya hecho en un coche particular, el encarecimiento es más acusado. Los leoneses apuraron los precios del antiguo IVA en los combustibles a última hora del viernes, cuando se registraron largas colas en las gasolineras de la provincia. Quienes no tuvieran esa precaución, pagan hoy de media unos dos euros más por llenar el depósito con gasolina 95.

La compañía Repsol anunció el viernes que había decidido «rebajar» el precio de las gasolinas para «amortiguar» la subida del IVA, y que el incremento impositivo pasaría de 3,8 céntimos a 1,9 céntimos. En una de sus estaciones ayer la gasolina de 95 costaba 1,549 el litro, frente a los 1,539 del día anterior.

Escalada de precios

Si la escalada del precio de las gasolinas era ayer una de las principales quejas de los consumidores (también de las estaciones de servicio, que aseguran que el consumo ha caído con fuerza en los últimos meses, y que mientras antes la mayoría de los clientes pronunciaba el «lleno, por favor» ahora muchos van con un billete de 20 euros); no causa menos asombro el incremento de los peajes de las autopistas. Las dos leonesas aplicaron ayer los reglamentarios incrementos fiscales,

Aucalsa, concesionaria de la AP-66 León-Campomanes, subió ayer por tercera vez este año los precios del peaje para quien viaje entre León y Asturias por autopista. El trayecto entre León-Campomanes costaba hasta el viernes 12,2 euros, y desde ayer 12,5 euros. Entre Campomanes y La Magdalena el trayecto cuesta ahora 7,85 euros, quince céntimos más que los 7,7 euros anteriores a la subida del IVA.

En el caso de los vehículos pesados de mayor tonelaje, el precio del trayecto completo pasa de costar 19,75 euros a 20,3 euros; y entre el inicio en Asturias y La Magdalena, pasa de 12,3 a 12,65 euros.

En todos los casos, el redondeo sobre lo que supone un incremento del 3% de IVA se ha hecho a la baja. Con todo, el incremento acumulado en lo que va de año (la tradicional subida de enero, la del 7,5% en julio por el recorte de la ayudas del Gobierno y el incremento del IVA ahora) se sitúa cerca del 14%.

En el caso de la AP-71 entre León y Astorga (que no aplicó el incremento el pasado julio al retirársele las subvenciones), los trayectos más importantes también se han redondeado a la baja. El más largo sube diez céntimos, hasta los 4,8 euros para vehículos ligeros; y llega a los 6,4225 euros para pesados de categoría 1 (15 céntimos más que antes) y a los 7,85 para los más pesados (20 céntimos más).

El alterne

Una vez llegado a su destino, el consumidor podrá comprobar que la inmensa mayoría de los alojamientos hoteleros no han variado sus precios, incluso que el fin de la temporada alta da un respiro a los bolsillos. El sector, en el caso de León, ha registrado en los últimos meses una caída de precios en un intento de recuperar clientes que no parece compatible con incrementos en este momento, aunque las exigencias fiscales lo manden.

Tampoco los bares y restaurantes hicieron ayer variaciones en sus precios. Aseguran que asumirán el incremento, porque los ciudadanos están para pocas alegrías y se esperan tiempos peores (más reducciones de sueldos y sobre todo la supresión de las extras navideñas en los empleados públicos). «Ni suben los vinos ni bajan las tapas», presumen.

Entre la clientela acodada en las barras, como en el resto de los sectores, existe en convencimiento de que más pronto que tarde los precios seguirán subiendo. «Aquí todo lo pagamos los mismos» es el comentario más repetido entre los sufridos consumidores.

De momento, en lo que a esta nueva vuelta de tuerca fiscal se refiere, el reiterado lamento ciudadano tiene un firme asiento en la realidad. La subida del IVA o la pagan los clientes o la asumen los empresarios. Pero pagar, se paga.

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